La inauguración del semestre de verano ha venido acompañada de una inusual ola de calor. Los autóctonos ya han comenzado a desengrasar las parrillas, a untarse en protector solar con el mismo brío con el que extienden la mantequilla en el pan y a quedarse en cueros a la mínima que avistan una masa de agua lo suficientemente profunda como para mojarse los tobillos. Aquí la subida de las temperaturas se celebra por todo lo alto. Este repentino cambio en los termómetros dificulta la misión que me toca afrontar en mis últimos meses como estudiante: la redacción de mi trabajo fin de máster. A diferencia de España, en Alemania el último semestre se destina a la elaboración del proyecto final, por lo que no se cursan al mismo tiempo otras asignaturas. En mi caso, para no comenzar una nueva existencia como ermitaña, opté por proseguir con el curso de francés del primer semestre, pero eso no quita que tenga que echar horas delante del ordenador...

Los que me conocen saben que soy una persona pragmática, de ahí que ya durante mis estudios comenzase a realizar los primeros encargos de traducción. Para ser sincera, los trabajos teóricos nunca me han entusiasmado, a pesar de que sí despertaron mi interés determinadas teorías que consideraba útiles para mi futuro profesional. Al sopesar cómo acotaría mi trabajo fin de máster, se me presentó el dilema de qué tema podría soportar durante unos cuatro meses. El principal problema radicaba en que, si bien he tenido muchas asignaturas de clara orientación práctica, el proyecto final tiene un enfoque investigador, ya que está pensado sobre todo para aquellas personas que piensan quedarse en el mundo académico. Echando la vista atrás, me acordé de una asignatura del año pasado, donde analizamos la traducción de referentes culturales. En un principio descarté la idea, porque es un tema muy trillado, pero poco después comprendí que realmente podía ser un campo de estudio interesante si escogía un planteamiento que me convenciese.

Tras darle muchas vueltas, di al fin con un título: la traducción de los referentes culturales del nacionalsocialismo en las novelas. Opté por el nacionalsocialismo debido a la cantidad de términos específicos de este período, así como a la relativa difusión de estos en el mundo hispanohablante. Mi investigación se centra precisamente en los conocimientos que los lectores potenciales de las traducciones al español poseen, para poder evaluar en función de esta variable si las técnicas de traducción de cuatro novelas han sido las adecuadas. Parte del trabajo consiste en una encuesta a hablantes de español nativos (variedad peninsular), por lo que estos últimos días me he dedicado a reclutar informantes como si no hubiese mañana. A la difusión por Facebook no podía faltarle, por supuesto, una entrada en el blog. Así que, queridos lectores, si cumplís este requisito, os estaría muy agradecida si pudieseis rellenarla. No os llevará más de 10 minutos y es totalmente anónima. Aquí os dejo el enlace:

https://www.soscisurvey.de/ma2018lsrios/ 

¡Muchas gracias!




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