En la entrada de hoy prosigo con los consejos para aprobar el último examen oficial de alemán. Los dos módulos que me quedaban pendientes eran el Modul Sprechen y el Hören.

Sprechen

Esta es la única parte que se realiza en otra fecha distinta al del examen escrito. Mientras que el resto de módulos tienen lugar el mismo día, para el examen oral hay que apuntarse el día del escrito, indicando la hora a la que queremos hacerlo. A diferencia de otros niveles, aquí no hay que buscar pareja, ya que se evalúa de manera individual y la parte del diálogo se hace con el examinador. Sí, solos ante el peligro.

Como en la mayoría de exámenes orales, hay un monólogo y un diálogo. Para prepararnos el examen entero nos dan 15 minutos. Por experiencia propia, os recomiendo que os centréis sobre todo en la parte del monólogo, ya que en el diálogo dependemos casi por completo de por dónde quiera conducir la conversación el examinador. Aun así, tampoco hay que descuidar esta parte. Yo diría que para el monólogo podrían emplearse 10 minutos y para el diálogo 5.

En el monólogo se nos exige que hagamos un discurso de 5 minutos sobre un tema en concreto, pudiendo elegir entre dos distintos. El contexto ficticio que nos presentan es el de un seminario, por lo que debemos mantener en todo momento el tono formal. Dentro de cada opción nos encontramos con tres frases o citas que muestran opiniones positivas y negativas con respecto al tema. Así, nos piden que adoptemos una postura y que la justifiquemos, aportando ejemplos y ayudándonos de las frases que nos han dado. Esto último es opcional, pero hacer referencia a las citas se valora y pueden ser de gran ayuda para orientarnos.

En mi caso, yo me decanté por los encuentros de jóvenes de distintas nacionalidades. Si mal no recuerdo, el aspecto negativo que se describía en las frases era el del choque cultural. Como podéis comprobar, el tema no era excesivamente complicado, sobre todo si se tiene en cuenta que yo acababa de finalizar mi experiencia como Erasmus, lo cual me venía de perlas para dar ejemplos. Esto resulta clave en esta parte: ejemplificar. Es imposible llenar 5 minutos hablando si no se aportan ejemplos. En cuestión de ejemplos, todo vale: una noticia que hayamos visto en la televisión, algo que le haya pasado a un conocido o que nos haya pasado a nosotros, algún libro sobre el tema… Si no se nos ocurren ejemplos reales, no importa. A inventar se haya dicho. El examinador no va a investigar si tienes un amigo llamado Pepito al que le pasó x cosa. Mentir en este tipo de exámenes es lícito.

Para tener todo más claro, lo ideal es establecer dos columnas: una con las ventajas y otra con las desventajas. Apuntad todo lo que podáis de la manera más ordenada posible, ya que tienen muy en cuenta lo estructurado que esté el discurso. ¿Cómo podemos lograr este hilo conductor o cohesión? Pues enlazando las ideas con los típicos conectores de einerseits… andererseits, la preciosa y extraña construcción alemana de zwar… aber y muchas otras muletillas que pueden sernos de gran ayuda y que conviene interiorizar.

Si queréis causar una buena impresión, es muy importante cómo se empieza y cómo se acaba. Al comenzar, podéis utilizar algo así como “In meinem heutigen Referat beschäftige ich mit dem Thema…“. Esto nos da seguridad, porque son fórmulas fijas que nos dan tiempo para pensar en lo que vamos a decir a continuación. A la hora de acabar, no olvidéis hacer una conclusión donde remarquéis vuestro punto de vista. Debe dar la sensación de que no os habéis dejado ningún cabo suelto y de que habéis dicho todo lo que queríais decir (aunque quizás haya muchos puntos que no hayáis mencionado).

Una vez hemos acabado nuestro corto discurso, el examinador nos hace una serie de preguntas sobre el tema que acabamos de exponer. Los míos no fueron demasiado puntillosos, por lo que simplemente me pidieron que contase un poco más sobre cómo mi experiencia Erasmus me había ayudado en el ámbito académico y en el personal. 

En la parte del diálogo me tocó hablar de una cuestión filosófica y abstracta donde las haya: la relación entre la noción de libertad y los derechos humanos. El caso es que después de haber asistido a algún que otro debate filosóficos organizado por el círculo de amigos de mi novio (apodados bajo el nombre de soirées), esta parte me resultó entretenida y todo. El examinador fue muy amable en todo momento y se notaba que estaba muy implicado en la discusión. Eso sí, se acabó yendo un poco de madre, porque al final acabamos hablando sobre las condiciones de trabajo de los inmigrantes en España.

Aquí os recomendaría que si el examinador formula alguna pregunta que no acabáis de entender, no dudéis en recurrir al socorrido: “Was meinen Sie damit?”. Sin miedo. No muerden (al menos no todos).


Hören

Este módulo está dividido en un total de tres partes y es, desde mi punto de vista, el más difícil de todos.

La primera consta de distintos extractos de programas de radio, normalmente noticias o historias de actualidad. Por cada fragmento nos presentan tres frases y hay que decir si son falsas o verdaderas. La dificultad de esta parte reside en que solo ponen la grabación una vez, por lo que hay que abrir muy bien los oídos. Mi consejo es que durante el tiempo que os dan para leer las preguntas, subrayéis las palabras clave que no podéis pasar por alto, ya que luego apenas hay tiempo para contrastar lo que dicen con lo que pone en el papel, pues los fragmentos suelen ser bastante cortos.

La segunda parte es un diálogo entre dos personas que debaten acerca de un tema. Igual que el anterior, la grabación solo suena una vez. Nos proporcionan distintas frases y nos piden que indiquemos con qué persona coincide la opinión que se refleja en la oración (con la persona A, persona B o con ambas). Mientras que en la primera parte utilizan un tono más formal, en esta no es poco frecuente oír expresiones más coloquiales, ya que se supone que es una conversación espontánea.

La última parte es la más complicada y, por suerte, la ponen dos veces.  Suele ser una entrevista con algún experto, al cual le hacen preguntas sobre su trabajo o alguna investigación que esté llevando  cabo. En total aparecen 10 preguntas con tres posibles opciones. Tenemos que marcar la opción que se corresponda con lo que el experto ha dicho. Lo que supone todo un desafío es estar pendiente de la entrevista y al mismo tiempo contrastar la información que se nos da, ya que en ocasiones es algo liosa y el vocabulario siempre suele ser bastante técnico. A mí, por ejemplo, me tocó la nanotecnología. A pesar de que entendía casi todo lo que el buen hombre iba diciendo sobre este apasionante tema, me las vi crudas para discernir cuál era la opción correcta, ya que en muchos casos se prestan a la ambigüedad.

Lo que recomiendo encarecidamente para mejorar las habilidades de escucha es, tal y como he comentado en otras entradas, descargarse podcasts. Es una muy buena manera de adquirir vocabulario sobre distintos ámbitos y hay temas muy interesantes. Aquí os dejo una lista con mis podcasts alemanes preferidos:



En un comentario de la entrada anterior me preguntaron si había libros para prepararse el examen, así que añado aquí los títulos que conozco y que a mí me sirvieron de gran ayuda.

El más reciente es Mit Erfolg zum Goethe-Zertifikat C2, publicado en 2013 por la editorial Klett, donde hay varios modelos y donde cada parte se explica con detalle, incluyendo trucos y ejemplos. El otro es de la editorial Hueber y se publicó en 2012 (Fit fürs Goethe-Zertifikat C2).


Y esto ha sido todo por lo que al examen del C2 se refiere. Solo me queda daros muchos ánimos a los que os decidáis por dar el gran paso. Si tenéis cualquier pregunta o queréis compartir vuestra experiencia, no dudéis en hacerlo en los comentarios. 
Quizás el título de esta entrada resulte algo capcioso. Como os podéis imaginar, no hay ningún conjuro o artimaña infalible para alcanzar el tan ansiado último nivel en cualquier lengua extranjera. Sin embargo, en esta entrada pretendo dar algunos consejos útiles basándome en mi propia experiencia, trucos que a mí me funcionaron para aprobar el examen oficial del Goethe Institut que acredita un dominio muy avanzado de la lengua alemana.

¿Cuáles fueron los motivos por los cuales lo hice? Tras año y medio viviendo en Alemania, sabía que no podía irme del país sin presentarme a un examen oficial antes de partir, ya que había afianzado una práctica diaria que se deterioraría de vuelta en España. El dilema me surgió a la hora de decantarme por el nivel: ¿ir sobre seguro y hacer el C1 o lanzarme a la piscina con el C2? Me asaltaron las dudas y no sabía muy bien qué hacer. Al final la ambición pudo más que la sensatez, por lo que me acabé inscribiendo para realizar el último examen. Este tenía lugar a finales de agosto, pero yo comencé a preparármelo a conciencia en febrero de ese mismo año.

Hay que pensárselo dos veces antes de presentarse a este examen; no únicamente por el desembolso económico que supone, sino por el tiempo y la dedicación que requiere su preparación. Esto se debe a que, como ocurre con la mayoría de exámenes de certificado, conocer el idioma no garantiza aprobarlos. Por muy bien que manejemos el alemán, es muy fácil suspender si no nos hemos familiarizado previamente con la estructura del examen y con los criterios de evaluación, los cuales nos revelarán qué partes son aquellas que tienen mayor peso.

En mi opinión, una de las grandes dificultades de esta prueba es el tiempo del que se dispone, el cual es muy ajustado en muchas ocasiones. Esto puede suponer un gran problema, porque hay una constante tensión por responder todo a contrarreloj. La buena noticia es que este examen permite realizar los cuatro módulos por separado. Esto quiere decir que, en caso de no aprobar alguna de las partes, no es necesario hacer todo el examen de nuevo, sino que solo tienes que repetir aquellas que no has superado. Ocurre igual con el B1, pero no con el resto de exámenes oficiales del Goethe Institut.

A continuación voy a hablar en detalle sobre los módulos y las dificultades que pueden presentarse en cada uno:

Lesen

Como ya he comentado antes, el escaso tiempo es uno de nuestros enemigos durante la realización del examen. Y si hay un módulo en el que esto se observa a la perfección es en el de lectura. La extensión y complejidad de los textos hacen que los 80 minutos de duración se pasen en un suspiro.

El módulo Lesen está dividido en 4 partes. En la primera nos presentan un artículo de opinión bastante largo (no en vano es la parte para la que más tiempo nos dan), sobre el que se hacen preguntas donde hay cuatro opciones (a, b, c, d). Este texto requiere una lectura exhaustiva, pues debemos ser capaces de quedarnos con la opinión del autor y discernir cuál es su posición respecto al tema del que habla. Mi recomendación es leer una primera vez el texto, para enterarnos del tema, al tiempo que prestamos atención a todo tipo de adjetivos o expresiones que demuestren las valoraciones del autor. Hay que tener cuidado con los dobles sentidos y la ironía, ya que no siempre está tan claro lo que el autor quiere decir.
Como está dividido en dos hojas, lo suyo es leer la primera parte y hacer las cinco primeras preguntas y, a continuación, hacer la segunda parte y responder las otras cinco restantes.

A la hora de enfrentarnos a las preguntas, resulta de gran ayuda regresar al fragmento del texto donde creemos que está la solución y concentrarnos muy bien en las posibles opciones que nos ofrecen. Algunas pueden ser muy parecidas o engañosas, por lo que hay que fijarse mucho y, en caso de que no estemos seguros de cuál es la adecuada, procurar descartar aquellas que seguro que no lo son.

La segunda parte es, en mi opinión, más sencilla que la primera. Nos dan distintas frases o titulares y un texto dividido en párrafos, con espacios en blanco al principio de cada uno. Se trata de asociar un titular a cada párrafo, teniendo en cuenta cuál es el que mejor resume la idea principal. Mi consejo es leer primero las frases y subrayar las palabras clave, para pasar después a leer el texto.

La tercera parte se complica más. Nos presentan un texto incompleto y tenemos que completarlo con distintos posibles párrafos. Debido a la longitud de los párrafos, no es factible leer primero estos, sino que hay que ir directamente al texto. La clave reside en fijarnos sobre todo en la última frase de un párrafo y la primera del siguiente, atendiendo a los conectores o posibles pronombres de referencia. Esto nos puede dar muchas pistas sobre si un párrafo encaja o no. Aun así, muchas veces nos toca leer casi todo el párrafo, pues no siempre hay este tipo de ayudas tan obvias.

La última parte requiere una estrategia distinta a las demás. Aquí se valora la capacidad del candidato para leer por encima (überfliegen, como dirían en alemán) y centrarse solo en lo más importante, en lo que nos piden. Nos dan 8 frases con afirmaciones y cuatro anuncios, los cuales suelen ser ofertas de empleo o descripciones de puestos de prácticas o voluntariado. Solo disponemos de 10 minutos para saber con qué frase se corresponde cada anuncio, por lo que es imposible leer todos los anuncios por completo. Lo primordial es ir a las frases y localizar en cada anuncio dónde se encuentra ese tipo de información. Estos anuncios suelen seguir una estructura fija, así que por lo general podemos deducir dónde se encontrará la información.

Como habréis podido comprobar, para superar con éxito el módulo Lesen es imprescindible ser un lector ávido y saber leer no solo con rapidez, sino de forma analítica. Los temas de los textos pueden ser de todas las disciplinas, pero siempre suelen combinar del campo humanístico y científico. Mi recomendación es que practiquéis leyendo muchos periódicos (véase Die Zeit) o artículos de revista como Der Spiegel. No os limitéis a una única sección, pues lo ideal es que leáis de todo un poco. Lo que yo hacía era leer muchos artículos de opinión de manera crítica, es decir, preguntarme cada vez qué era lo que el autor quería decir. Si los leéis en formato físico, tened un bolígrafo en mano para poder subrayar todas las palabras que no entendáis. Es una muy buena forma de ampliar vocabulario.



Schreiben

El módulo Schreiben está dividido en dos partes. En la primera tenemos que reformular una frase con la palabra que nos proporcionan, sin que ello suponga un cambio en el sentido. La dificultad reside en que hay que prestar mucha atención a los cambios de declinación, al uso de preposiciones y, en general, a la gramática alemana. Puede darse el caso de que haya más de una solución, pero esto no es siempre así. En ocasiones se nos pedirá que cambiemos de un verbo a un sustantivo, como en el siguiente ejemplo extraído de un modelo de examen de la página web del Goethe Institut:

·         Gerüche werden nämlich in dem Teil des Gehirns aufgenommen

La palabra que nos dan es „Aufnahme”. Así, las posibles frases que podemos formar son:

·         Die Aufnahme von Gerüchen/der Gerüche erfolgt nämlich in dem Teil des Gehirns
·        Die Aufnahme der Gerüche findet nämlich in dem Teil des Gehirns statt

Como podéis ver, hay que estar atentos a los cambios como el del sustantivo „Gerüche”, que pasa de estar en nominativo a genitivo.

La segunda parte es una carta al director (Leserbrief), la cual ha de tener en torno a 350 palabras. Aquí es muy importante mantener un hilo argumental coherente y bien estructurado, lo cual puede lograrse mediante nexos y un buen esquema previo. Aun así, no hay que entretenerse demasiado y es recomendable ponerse cuanto antes a escribir, porque solo dan 60 minutos. Lo suyo es que os aprendáis expresiones fijas que puedan aplicarse a cualquier tema y que practiquéis muchas redacciones, para acabar automatizándolas.


Por hoy no voy a extenderme mucho más, ya que tampoco quiero que esto acabe siendo una entrada bíblica. En la próxima hablaré sobre los otros dos módulos (Hören y Sprechen).





Ayer, víspera de la noche de Reyes, regresé de mi estancia en Friburgo. El 27 de diciembre partí con un vuelo de Easyjet desde Alicante y llegué a las tantas de la noche al aeropuerto de Basilea. Me recibió un frío descomunal del que se cala hasta la médula, lo cual no parecía importarle en absoluto a la mujer alemana que esperaba junto a mí en la parada de autobús. Cigarrillo en mano, llevaba una camiseta de manga corta más apropiada para agosto que para las fechas que eran. Eso sí, sus mofletes estaban igual de rojos que la nariz de Rudolf, por lo que cualquiera habría dicho que se estaba asando del calor con su modelito veraniego. Algunos teutones están hechos de otra pasta.

Una ola de frío asoló la ciudad justo cuando yo llegué. Al despertar la primera mañana, la estampa que me recibió no podía ser más invernal. A diferencia del año pasado, alcanzamos los -10 grados. Yo me había llevado algo de ropa de invierno, pero en más de una excursión por el bosque se me congelaron los pies. Para que os hagáis una ligera idea, tras un breve paseo en el que tuve la genial idea de caminar por zonas con nieve sin el calzado apropiado, estos acabaron morados. Fuimos al lago que se encuentra cerca de donde vive mi novio y nos encontramos con que este estaba prácticamente congelado por completo. Ni rastro de los patos que a sus anchas nadaban en primavera y en verano.






El día 31 quedé por la tarde con mi ex compañera de piso y fuimos al Schloss Café, un restaurante situado en la “montaña” Lorettoberg. Freya llevaba tiempo queriendo enseñarme este lugar, así que había reservado mesa, pues suele estar bastante lleno. Desde el rústico y acogedor salón podía observarse el pudiente barrio de Wiehre cubierto por la nieve. Por desgracia no me llevé la cámara, así que no tengo fotos. Aunque pensándolo bien quizás fuera lo más sensato, ya que dudo que hubiese podido cargar con ella durante la subida por la cuesta de hielo, en la que era casi imposible no resbalarse. Me tocó ir asiéndome de la barandilla, mientras rezaba para que los niños con el trineo no se desviasen y les diese por estamparse contra mí.

El sábado volví a quedar con ella y cocinamos en el piso comida vegetariana y vegana. Me alegró muchísimo regresar y percatarme de que casi nada había cambiado. Queríamos ir al cine a ver la última película de Woody Allen (Magic in the Moonlight), pero se habían vendido todas las entradas cuando llegamos. Esto me sorprendió, porque siempre que he ido al cine en Alemania las salas estaban mucho más vacías que en España, pero probablemente se deba a que no iba los días que suele ir la gente.

Tal y como era costumbre durante mi Erasmus, fuimos al Bergäcker Café y a Sedan. En el segundo hacen los mejores capuchinos de toda la ciudad, desde mi punto de vista, además de tener una gran variedad de repostería y comida salada a base de ingredientes biológicos. El primero es de mis rincones preferidos en Littenweiler, una pequeña cafetería donde preparan desayunos y tartas para morirse. Además, el domingo fuimos hasta St Barbara, un restaurante en el bosque situado en una colina. Para entonces ya se había derretido la nieve, pero aun así fue una bonita mini excursión. Como tantos locales rústicos de la Selva Negra, tiene la apariencia de una gran cabaña de leñador en medio de un entorno idílico. Probé un Apfel-Ofenschlupfer, postre de manzana riquísimo y típico del sur de Alemania del que nunca había oído hablar, con lo fan que soy de los dulces de esta fruta.






La vuelta a Valencia ha sido dura, sobre todo porque en breves viene la avalancha de exámenes. Aun así, intento mantenerme optimista, porque en marzo pasaremos una semana en Gran Canaria. De Canarias solo he estado en Tenerife, así que tengo muchas ganas de pasar unas vacaciones en el archipiélago de la eterna primavera. Ha sido algo complicado encontrar fechas que coincidiesen al volar desde puntos distintos, pero al final ha cuadrado todo bastante bien. Hemos reservado un apartamento justo a orillas de la playa y en total no nos hemos gastado más de 250 euros entre vuelos y alojamiento.




Instagram