Antes de lanzarme de cabeza al mundo laboral, quería al menos probar la experiencia de realizar prácticas en una institución europea. A finales de enero vi una licitación para traductores de español en el Banco Central Europeo (BCE), así que me decidí a probar suerte. Como ya he comentado anteriormente, el máster que he cursado se centraba en traducción económica y jurídica, de manera que ya había adquirido algunas nociones básicas de esta especialidad durante mis estudios. De hecho, muchos de los conocimientos aprendidos me sirvieron de gran ayuda para superar las pruebas de admisión. El proceso de selección comenzó en febrero y recibí la esperada noticia de que tenía la plaza por junio. Otros pasantes me han contado que sus procesos de selección no demoraron tanto, porque al parecer esto depende del número de solicitudes que cada idioma recibe.

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