Justo antes de comenzar las vacaciones de
Pascua, en mi universidad organizaron una jornada sobre Alemania, en la cual se
daban consejos para estudiar allí, trabajar o sencillamente pasar una
temporada. Respecto al último punto, mencionaron alternativas muy interesantes
para irse a este país sin tener que romper el cerdito y quedarnos sin un duro.
De cara al verano, siempre suele ocurrir lo
mismo: los días se alargan, el calor apremia y lo único que queremos es que
lleguen las deseadas vacaciones para mandar los apuntes a paseo. Tener tiempo,
al fin, para hacer todo lo que queríamos hacer y que no podíamos por culpa de
los exámenes: practicar más deporte, apuntarnos a ese cursillo de iniciación a
la cerámica que el ayuntamiento ofrece, perfeccionar nuestras artes culinarias e
ir más allá de un excelente manejo del microondas… Pero disponer de tanto
tiempo libre no siempre implica aprovecharlo. Y es que muchas veces acabamos
apalancados en el sofá o frente al ordenador en estado vegetativo, pegados al
ventilador y sin mover un solo músculo. ¿Solución? Salir de nuestra zona de
confort y pasar unos meses en un país con un clima más fresquito, donde además
podremos perfeccionar un idioma y vivir experiencias nuevas.
Las opciones rentables son muchas, y a
continuación os daré dos que se propusieron en la jornada y que, desde mi punto
de vista no son tan conocidas.
Campos de trabajo
El nombre en sí no suena muy tentador que
digamos (las asociaciones con el pasado negro de Alemania saltan a la vista),
pero trabajar en uno de estos campos puede ser una buena opción si todavía no
sabemos mucho alemán. Esto se debe a que en muchos de ellos la lengua oficial
es el inglés, pues acuden jóvenes de todas las nacionalidades. Aun así, también
podéis encontrar algunos campos donde se hable alemán, si vuestro objetivo es
practicar este idioma.
Se trata de realizar un trabajo voluntario en
proyectos de interés social, cultural o medioambiental, como la restauración de
unas ruinas, ayudar a construir un parque infantil, a plantar árboles,
organizar festivales… A cambio nos proporcionan alojamiento gratuito, además de
comida. Las cuotas que se pagan son bastante bajas y sirven para cubrir gastos
administrativos.
Algunos sitios web donde encontrar campos de
trabajo son los siguientes:
Trabajar en una granja
Si sois amantes de la naturaleza, no os importa
ensuciaros un poco las manos y siempre soñasteis con vivir en un entorno
idílico de paisajes de ensueño, esta puede ser vuestra opción ideal. A cambio
de comida y de alojamiento, igual que en los campos de trabajo, podéis trabajar
en una granja alemana, llevando a cabo tareas como recolectar frutas, hacer queso,
ordeñar vacas o alimer animales. No se necesitan conocimientos avanzados del
idioma y puede ser una forma interesante de descubrir cómo es la vida rural en
Alemania.
Si preferís optar a otro tipo de trabajos
voluntarios durante una temporada, os recomiendo el siguiente sitio web: http://www.workaway.info/hostlist-DE.html. Registrarse cuesta unos 23 euros (tiene una validez de dos años) y
podéis tener acceso a distintas ofertas de gente en Alemania que busca ayuda.
También hay ofertas en grandes ciudades, por si no sois muy amigos de la vida
en el campo.
Me ha parecido conveniente comentar estas
alternativas porque creo que no son demasiado conocidas, aunque está claro que
también hay otras opciones, como trabajar de au pair o buscar algún trabajo de
verano. Las posibilidades están ahí, así que solo tenéis que animaros a dar el
paso.
Cambiando de tercio, hace nada compré los
billetes de tren y de autobús para mayo. Al final resulta que sí que iré a
Friburgo, porque sería un pecado no hacerlo en la época del año en que todo
está precioso por allí. Como Frankfurt Hahn está dejado de la mano de dios, me
toca ir en autobús y luego en ICE. Así que mi recorrido será algo así: en coche
hasta el aeropuerto de Valencia, luego avión, después autobús, tren y,
finalmente, en tranvía en Friburgo. ¿Me dejo algún medio de transporte? Una vez
allí, si el tiempo lo permite, iré en mi querida bici para desplazarme, a la
que abandoné en el sótano en casa de mi novio y que supuestamente me está
esperando con la rueda reparada. Creo que el reencuentro será emotivo (con la
bici, aunque al alemán también lo echo de menos).
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