Parece mentira que ya hayan transcurrido más de
tres semanas desde que me apeé en la estación principal de Fráncfort. El 31 de
julio puse rumbo a la ciudad financiera, llevando a rastras un pesado maletón
al que no le vendría mal otra hilera de ruedas para hacer más llevadero su
transporte. Como ya comenté en una entrada anterior, me he venido aquí para realizar
unas prácticas de traducción durante dos meses en una agencia estatal, centrada
en el desarrollo sostenible y la cooperación técnica. Por el momento, estoy muy
contenta con esta organización, ya que el ambiente de trabajo es muy agradable
y las tareas no son en absoluto monótonas. Está siendo una buena oportunidad
para tocar otros ámbitos que en la carrera apenas se ven, como la gestión de
proyectos o el control de calidad de las traducciones. Además, la temática es
muy variada y comprende desde informes en materia de medioambiente hasta
boletines de prensa sobre programas educativos en países emergentes.
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