sábado, 21 de febrero de 2015

5 curiosidades de Alemania



Con esto de la globalización nos olvidamos de que, aunque se trata de otro país europeo más, Alemania también tiene sus idiosincrasias. Peculiaridades que cuando te las cuentan o, en su defecto, las vives en tus propias carnes, pueden hacer que te plantees si los alemanes realmente son del mismo continente.  A continuación mencionaré los cinco aspectos de la cultura alemana que más me chocaron al llegar al país:

1.     Amor incondicional por el gas. Con esto no me refiero a que los alemanes vayan con una botella de butano a todas partes, sino a que adoran las bebidas gaseosas. Un ejemplo de ello es el agua con gas. Me atrevería a decir que el 99% de los alemanes la beben de manera asidua para calmar la sed. Esto llega hasta el punto de que, si vas a un restaurante, tendrás que especificar que lo que quieres es agua sin gas (stilles Wasser, o Wasser ohne Kohlensäure si te apetece lucirte con las palabras interminables), pues de lo contrario te plantarán un vaso burbujeante.
Como el agua con gas nunca ha sido santo de mi devoción, he preguntado varias veces que qué tiene de malo el agua normal y corriente. La mayoría suele responder que desde pequeños se han acostumbrado a beber agua con gas, que les refresca más o que el agua normal les parece “aburrida”. Yo, por mi parte, sigo preguntándome dónde reside el misterio de las burbujas para hacer que los alemanes pierdan el interés por el agua de toda la vida.
Otros ejemplos de los inventos gaseosos de los alemanes son el Apfelschorle (zumo de manzana con agua con gas) o el Weinschorle (vino con agua con gas).

2.     El reciclaje es un mandamiento más. Para los que nunca supieron en qué contenedor había que tirar cada cosa, Alemania es el país ideal para llegar ser un experto en reciclaje en cuestión de horas. Si vives aquí, aprenderás a reciclar tanto si te gusta, como si no. A no ser que prefieras que tus propios compañeros de piso o conciudadanos te hagan vudú por haber tirado el envoltorio del chicle en el contenedor de desechos orgánicos.
Quizás os suene el conocido Pfand. Este es una especie de “impuesto” que algunas botellas en Alemania tienen, tanto las de plástico como las de vidrio, el cual tienes que pagar al realizar la compra, pero que te reembolsan si devuelves las botellas. Para saber si una botella tiene Pfand o no, has de encontrar una especie de símbolo con una flecha. En la mayoría de supermercados hay máquinas donde puedes introducir las botellas, para que te den un recibo que después puedes darle a la cajera, quien te descontará el importe de la compra.  
También es frecuente que te cobren Pfand en ciertos clubs o en los puestos de Navidad donde venden Glühwein, para asegurarse de que después traes de vuelta el recipiente de la bebida.
Se toman muy a pecho el respeto por el medio ambiente, así que inevitablemente te acabarás contagiando de este espíritu ecologista. Ya no verás con los mismos ojos la basura. Cuando lleves un tiempo, si por alguna de aquellas te equivocas al tirar el botellín de tu Paulaner en el contenedor del vidrio verde en vez del marrón, te embargará la sensación de que acabas de cargarte tú solo un ecosistema entero y esa noche no dormirás con la conciencia tranquila. 



3.     Zapatos fuera. Si vais a casa de un alemán, no es conveniente ir con patatas en los calcetines (por mucho que este tubérculo sea el alimento básico nacional). Tienen por costumbre quitarse los zapatos nada más llegar a casa, tanto a la propia como a una ajena. Esto tiene su lógica, ya que seguro que a nadie le gusta que le llenen la casa de barro o de suciedad. Eso sí, como el dueño de la casa no sea muy limpio, puede que acabes con los calcetines llenos de pelusa.

4.     Contacto visual. Una de las cosas que más me incomodó al hablar con los alemanes era que me sentía muy observada. En España nunca me había dado cuenta, pero cuando estamos conversando con otra persona, solemos mirar a distintas partes, porque mantener un contacto visual constante nos parece intimidante. En Alemania, por el contrario, es de mala educación no mirar a los ojos de quien te está hablando, por lo que es fundamental mantener el contacto visual con el otro interlocutor. También hay otras situaciones en las que no debes despegar la vista de la otra persona, como al brindar. Se dice que, de no hacerlo, te esperan siete años de mal sexo. Así que ya sabéis, aun a riesgo de que se os resequen las córneas, prohibido parpadear al hacer chinchín.   

5.     En los hogares con mujeres, los hombres orinan sentados. Creo que esta es una de las curiosidades que más me hizo gracia en su momento, aunque me parece más que lógica por cuestiones de higiene. Si se da el caso de que el hombre no vive solo, las mujeres alemanas no verán con buenos ojos que este orine de pie. Vamos, que está terminantemente prohibido. Seguro que a más de una esta curiosidad le resulta agradable, sobre todo si implica evitar ver los resultados de la falta de puntería de algunos…

Estas han sido algunas de las rarezas que más me llamaron la atención al llegar a Alemania, pero por supuesto que hay muchas más. Si conocéis otras y queréis compartirlas, no dudéis en añadirlas en los comentarios.


¡Que paséis un buen fin de semana! 

7 comentarios

  1. Cuánta gran verdad en un solo post! Jajjaja
    Lo del agua con gas acaba siendo contagioso, yo había visitado Alemania de vacaciones antes de venirme a vivir y siempre hacía ascos al agua con gas. Sin embargo, después de mudarme en un par de semanas ya la bebía voluntariamente, es como si te inyectasen algún chip "alemanizante" jajaja.

    Mi niño mayor era fan del Pfand, siempre llevaba él las botellas al super de vuelta y se hacía millonario con ello! Bueno, millonario en la escala de un crío de 8 años. Aunque creo que el muy asqueroso tenía más dinero que yo xD.

    Un beso!!!

    Te dejo el enlace de mi nuevo blog. Y definitivo, prometo que dejo ya de marear la perdiz:

    BLOG: THE AMPELFRAU ADVENTURES

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  2. Fue muy entretenido de leer. Me hizo preguntarme que ha de ser extraño de mi propio país para otros, en si tengo más de alguna referencia, pero sigo sin encontrar la lógica en aquello que los europeos mencionan de latinoamerica como raro o fuera de foco xd.
    Un beso, suerte.

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  3. ¡Veo que te encanta viajar, Dafne! ¿Qué países has visitado? :)

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    1. Sí, intento viajar siempre que puedo, la verdad :) De momento he estado en Inglaterra, Portugal, Alemania, Francia, Suiza, Luxemburgo, Italia, Austria y la República Checa.

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  4. Sin duda, la número 5 es muy curiosa. ¡Ni se me habría pasado por la cabeza decir que los alemanes tuviesen esta costumbre tan peculiar! jajaja

    Una entrada muy original, Dafne. Gracias por acercarnos un poco más la cultura alemana.

    ¡Abrazos! :)

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  5. Soy alemana y no todo tiene razón hahaha

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    1. Está claro que esto no son más que generalizaciones, así que es imposible que siempre se den. En cada casa hay unas tradiciones y cada persona es un mundo, pero aquí recogí algunas cosas que me chocaron bastante y que sí que he observado varias veces :)

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