sábado, 21 de marzo de 2015

Gran Canaria



Después de un mes sin actualizar (he tenido que comprobar varias veces la fecha de la anterior entrada, porque me parecía mucho tiempo), regreso para hablaros acerca de mi estancia en Gran Canaria.

Huir de Valencia en época de fallas ha pasado a ser costumbre, por no decir una necesidad. Nunca me lo pienso dos veces con tal de escapar del ruido de los petardos, del olor a pólvora y de los borrachos agarrados a las farolas. Por mucho encanto que le vean los valencianos a estas fiestas, para mí siempre han significado una excusa perfecta para realizar una escapada. El destino de este año no ha sido en territorio extranjero, aunque sí fuera de la península: Gran Canaria. 






Fue difícil encontrar el lugar idóneo, porque mi novio volaba desde Basilea y yo lo hacía desde Valencia, así que había que cuadrar más o menos horarios para que coincidiese que ambos llegásemos y saliésemos el mismo día. A esto había que sumarle las exigencias de Milan de hallar un sitio cálido que fuese acorde a su concepción de “vacaciones paradisíacas”. Vamos, que aquellas ciudades más al norte de Friburgo quedaban descartadas. Teniendo todo esto en cuenta, resultó que la mejor opción era esta isla.

Como Milan llegaba por la mañana, él se encargaba de coger las llaves del apartahotel que habíamos reservado, ya que mi avión aterrizaba casi a las doce de la noche. Ryanair y sus horarios de cine, sí. A esta hora ni siquiera pasaban los autobuses, por lo que yo ya estaba preparándome para donar mi riñón y costearme así el viaje en taxi desde el aeropuerto. Pero la suerte quiso que la pasajera que se sentaba a mi lado se ofreciese a llevarme en coche hasta el centro de la ciudad, por lo que solo tuve que ir en taxi unos 5 minutos.

El lugar donde nos alojábamos estaba justo al lado de la Playa de las Canteras, una bonita playa del norte no tan turística como otras del sur, véase Maspalomas o la Playa del Inglés. Aun así, los días de buen tiempo el paseo marítimo estaba atestado de turistas. Ingleses, finlandeses y alemanes con pieles de horchata que pedían a gritos capas de protección solar para no volverse rojo pimentón en cuestión de minutos. Para consuelo de muchos, hay que destacar que los pies los llevan siempre bien protegidos, gracias al antiestético conjunto de sandalias Birkenstock con calcetines. “No, si no me he quemado por completo. Mis pies siguen conservando intacto su blanco nuclear”.

Esta semana en la isla ha servido sobre todo para desconectar del estrés de la universidad. He intentado tomármelo con calma, así que no ha sido en absoluto el típico viaje de “visitar la isla de cabo a rabo”. La mayor parte del tiempo lo pasamos dando largo paseos por la playa, contemplando atardeceres, leyendo o disfrutando de una buena cena.

Como me negaba en rotundo a acabar en los restaurantes-trampa para turistas, me informé un poco por Internet sobre qué lugares para comer estaban bien. A veces tan solo hay que girar un callejón para descubrir un sitio que merece la pena. Este es el caso de Mestizo Tasca, un pequeño restaurante cerca del paseo marítimo de las Canteras. Con una apariencia similar a la de una gruta y un ambiente de lo más agradable, este lugar sirve platos no excesivamente caros, bastante elaborados y riquísimos. Como llegamos bastante pronto (sobre las ocho), no tuvimos problema para encontrar mesa, pero en cuestión de minutos se llenó por completo a pesar de que era martes. Creo que es un sitio clave para los amantes de la buena cocina que no quieren dejarse el dineral del siglo. Los platos rondan en torno a los 8 euros y se prestan a compartirse entre dos, para así probar varios distintos. Nosotros pedimos la cazuela de queso provolone, pollo caramelizado con cous cous y pistachos y el volcán de chocolate de postre.



Gran Canaria es una isla de contrastes. Igual te encuentras con un bonito jardín botánico que con zonas totalmente desérticas que te hacen pensar que has acabado en las afueras de Kuwait. El centro histórico no es demasiado grande y puede recorrerse en poco tiempo a pie. Los edificios son por regla general bastante bajos y no demasiado homogéneos por lo que al estilo arquitectónico se refiere, pero aun así hay zonas que merece la pena visitar.










Después de esta semana de relajación por tierras canarias, me toca volver a la cruda realidad y enclaustrarme en mi cuarto para lidiar con la montaña de trabajo que tengo. El próximo viaje será el 6 de mayo a mi queridísima Alemania, como resultado de una compra compulsiva de billetes a Frankfurt Hahn, al ver que estaban a un precio de risa. Todavía no sé si me quedaré por la zona de Renania, en la que ya trabajé de au pair, o si viajaré de nuevo hasta Friburgo. El problema de esta última opción es que las conexiones no son para tirar cohetes, pero lo bueno es que no tendría que preocuparme por el alojamiento. Tengo que sopesar las distintas opciones, así que ya os contaré qué pasa al final.





4 comentarios

  1. Ohhhhhhh qué bien volver a leerte por aquí! :) Envidia me ha entrado al leer sobre tu semana de relax, y al ver tus fotos, todo hay que decirlo, la primera es :O. Creo que nunca he visto un atardecer con unos colores tan bonitos, o la foto tiene trampa? jajaja

    Y vuelves a Alemania en mayo?!?!?! Dile hola de mi parte jajaja, en Bruselas estoy genial, pero es un país al que se le coge cariño :). Espero que encuentres buenas conexiones con Friburgo si decides ir ahí, ahora con los Fernbusse la cosa está más fácil :).

    Muchos besos y ánimo con la uni, que no te queda nada!

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  2. (suspiro), cuanto daría por tener una semana de completo relajo. Sana envidia. :)
    Suerte. Un beso.

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  3. ¿Eres socia de la AETI? ¿Lo recomendarías?
    Por cierto, ¿puedes escribir un poco más sobre tu experiencia como estudiante de traducción/traductora/prácticas/trabajo fin de grado?
    Estoy en tercero y voy un poco (bastante) perdido...

    ¡Gracias, Dafne!

    Un estudiante "Lost in Translation"

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    1. Pues la verdad es que no soy socia de la AETI, así que no puedo recomendarlo o no.
      Llevo tiempo dándole vueltas a escribir una entrada con una valoración de la carrera en general, ahora que ya prácticamente he acabado. Quizás cuando me venga la inspiración y sepa mejor cómo enfocarla.

      ¡Mucho ánimo con la carrera!

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