miércoles, 4 de julio de 2018

Lecturas recientes



Hacía tiempo que quería volver a hablar de literatura. A principios de año me propuse reflexionar más sobre los libros que acababa de leer, porque muchas veces tenía la sensación de que olvidaba gran parte de lo que había leído si no le dedicaba algún que otro pensamiento posterior. En los últimos meses, cuatro lecturas me han dejado un muy buen sabor de boca, así que me he decidido a comentarlas brevemente en esta entrada.

1. The life and death of Sophie Stark, de Anna North.

Comencé leyendo esta novela con grandes expectativas, ya que había obtenido muy buenas críticas en Internet. Tras haber leído algunas páginas, me di cuenta de que los elogios a esta obra están más que justificados. En ella, la autora Anna North relata la vida de una joven cineasta (sí, obviedad donde las haya al comprobar el título, pero a veces no está de más insistir en lo evidente), a la que conocemos poco a poco a través de los ojos de las personas de su entorno. Precisamente estas distintas voces son las que logran darle una mayor veracidad a la protagonista, quien parece dejar una huella profunda en todo aquel que pasa por su vida. Porque, si hay algo en lo que todos coinciden, tanto si su relación con Sophie es en calidad de hermano, de amante o de marido, es que esta directora tiene una personalidad enigmática y una actitud cuestionable frente al arte. 

Uno de los temas tratados es la legitimidad del arte cuando se atenta contra principios como la privacidad. Esta incógnita encuentra sus antecedentes en la fórmula l'art pour l'art, donde se desliga al arte de toda dimensión externa al ser contemplado desde una perspectiva reduccionista. De alguna manera, parece que la autora nos invita a que pongamos en tela de juicio la frontera entre la vida privada de cada individuo y la libertad de expresión de toda obra. Considero que este es un dilema fundamental en la literatura, pues a fin de cuentas, las producciones artísticas se ven en mayor o menor medida influenciadas por lo que los autores viven de primera mano, así como de las experiencias de sus más allegados o meros conocidos.

Además de la cuestión que acaba de mencionar, creo que lo que más me ha fascinado de esta novela ha sido su carácter documental. Las narraciones de cada personaje se asemejan a las declaraciones que solemos oír en la mayoría de los documentales, lo que a su vez supone un paralelismo con las propias películas de Sophie.

2. Die Mittagsfrau, de Julia Frank.

Admito que, a diferencia de la obra anterior, con esta tuvieron que pasar algunos capítulos hasta que conseguí engancharme. Se lo achacaría sin duda a una prosa a la que cuesta acostumbrarse —un tanto abrupta y telegráfica en ocasiones, demasiado enrevesada de vez en cuando—, a párrafos demasiado extensos y a un hilo narrativo confuso, ya que los diálogos no están marcados mediante puntuación. Si bien con las obras en español suelo ser más transigente con los atentados contra la convencionalidad, en el caso del alemán tiendo a ser más reacia. Pese a ello, he de confesar que a partir de la mitad, empecé a devorar el libro con la misma rapidez de un alumno que tiene a la vuelta de la esquina el examen de la lectura escolar.

Helene, la protagonista del libro, es una enfermera que abandona a su hijo en una estación de tren, justo cuando la Segunda Guerra Mundial ya ha terminado. Para comprender qué es lo que ha motivado a esta madre a hacer algo así, ya a partir del segundo capítulo hacemos un gran salto en el tiempo que nos traslada a la infancia de la protagonista. Julia Franck nos presenta a una joven de espíritu curioso que, con el paso de los años, acaba sumiéndose en un mutismo enfermizo como consecuencia de un ambiente opresivo y de una gran tragedia.

Como digo, el estilo de la autora dificulta a veces la lectura, pero la trama es tan intrigante y la empatía que Helene despierta es tal, que llega un momento en el que casi es imposible dejar a un lado el libro.

3. Call me by your name, de André Acimann.

Mucho se ha comentado sobre la película homónima inspirada en esta novela. Es cierto que, como tantas otras personas, fue ver la historia en la gran pantalla lo que me motivó a leerla en el papel. La obra está ambientada en la Italia de hace varias décadas, donde un joven Elio se enamora de Oliver, el nuevo ayudante de su padre que pasará con ellos el verano. Se ha destacado con frecuencia la belleza del lenguaje de Acimann, algo en lo que coincido plenamente. El autor sabe describir con gran maestría la lentitud y el sopor agradables propios de los días de verano, donde el tiempo parece quedarse suspendido en el aire y, a su vez, pasa ante nosotros en un abrir y cerrar de ojos. Además, creo que el libro logra plasmar algo muy bien: cómo la inminencia del fin suele atenazarnos hasta el punto de que no podemos disfrutar por completo de aquello que estamos viviendo. Esto puede observarse en algunos de mis fragmentos preferidos:


«I suddently realized that we were on borrowed time, that time is always borrored, and that the lending agency exacts its premiu precisely when we are least prepared to pay and need to borrow more...»


«I had rehearsed losing him not just to ward off suffering by taking it in small doses beforehand; but, as all superstitious people do, to see if my willingness to accept the very worst might induce fate to soften its blow. Like soldiers trained to fight by night. I lived in the dark so as not to be blinded when darkness came.»


4. Feel free, de Zadie Smith.

Tras enterarme de que Smith había empezado a escribir White Teeth —una novela cáustica e ingeniosa sobre la multiculturalidad londinense— con tan solo 21 años, supe que tenía que continuar leyendo a esta increíble escritora. Esta obra no es de ficción, sino que comprende toda una serie de ensayos cortos sobre temas muy diversos, como el Brexit, el cambio climático o Facebook. Tan solo he leído los cinco primeros capítulos, pero hasta ahora me está encantando. Lo que más me ha gustado es la actitud crítica con la que aborda los temas, donde no hay un claro posicionamiento de derechas o de izquierdas. La autora aporta su punto de vista desde su experiencia personal y bagaje cultural, invitándonos directamente a reflexionar acerca de las realidades de nuestro día a día sobre las que no solemos pensar demasiado. Hasta ahora, el ensayo que más me ha impactado ha sido Generation Why?, donde se critica el dominio que Facebook ejerce en nuestras vidas. Pese a haber pasado a ser una usuaria más bien pasiva en Facebook, me ha hecho replantearme mi actitud hacia esta red social. Creo, sin embargo, que Smith tiene una visión demasiado extremista por lo que se refiere a la fragilidad del individualismo en un mundo digitalizado. Si bien coincido en que la falta de privacidad nos conduce a ser más cuidadosos con la imagen que proyectamos en Internet, no considero que esto tenga que conducir necesariamente a un reduccionismo de nuestra personalidad en la vida diaria.


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