Halli, hallo :)
Siendo mi cuarto día por tierras alemanas, ya iba siendo hora de que
subiera la primera entrada como au pair.
El sábado por la tarde llegué al fin al aeropuerto de Fráncfort, después de
haber hecho escala en Zúrich. La verdad es que se me pasó todo volando (bendito
wifi gratuito). El segundo avión, que pertenecía a Lufthansa, estaba
prácticamente vacío. Nunca antes había volado con tan pocos pasajeros a bordo.
Al llegar al aeropuerto de Fráncfort me recibió el padre con el niño mayor.
Tras una hora de trayecto llegamos al fin a su casa, donde se encontraban el
resto de niños esperando. Les encantaron los regalos tanto al padre como a los
niños, así que me alegro muchísimo de haber acertado, porque dudé mucho a la
hora de comprarlos. La casa es tan grande y tiene tantas habitaciones que me ha
costado algo acostumbrarme a la distribución, aunque poco a poco empiezo a
manejarme.
Por cuestiones de trabajo el padre se marchó ayer por la mañana a Suiza y
no regresará hasta el jueves. Al tratarse de una familia monoparental, es su
hermano pequeño el que viene a cuidar de los pequeños cuando él está fuera. Él
es el que me ha ayudado precisamente con el teléfono móvil alemán, la cuenta
bancaria y la tarjeta de metro. Porque
si por algo se han caracterizado estos días han sido por el ajetreo de tener
que acostumbrarme a sus horarios y de llevar a cabo trámites necesarios tanto
para mi estancia aquí como para mi Erasmus.
El tema del móvil ya está solventado. Me han regalado un Nokia del
pleistoceno con el que puedo asesinar a alguien de un solo golpe (véase foto
inferior). Pero está claro que no me puedo quejar, porque solo lo voy a usar
para llamar y mandar mensajes a móviles alemanes, así que es más que
suficiente. Además, también me han comprado la tarjeta SIM alemana con 10 euros
de saldo.
Por lo que respecta a la cuenta bancaria y la BahnCard 25, voy mañana con
unos vecinos a Neustadt an der Weinstraße.
En cuanto tenga la BahnCard ya podré comenzar a viajar a las ciudades de los
alrededores. En realidad no he podido ver mucho de la zona por culpa de la
lluvia. Únicamente he dado algún que otro paseo por el bosque que hay al lado
de casa, donde hay muchos caballos y un bonito lago.
De normal tengo en teoría las mañanas libres, pero la pequeña tiene una
ampolla gigante en el pie, por lo que no puede andar y, por lo tanto, no va a
la guardería. Eso implica que me tengo que quedar con ella hasta que llega una
señora que adecenta un poco la casa y prepara la comida. Aun siendo la más
pequeña, es la que más me trae algún que otro quebradero de cabeza con
diferencia. Siempre quiere salirse con la suya y hay que estar negociando
eternamente hasta para que desayune seis
fresas de nada. Menos mal que es relativamente fácil de entretener. Ayer
estuvimos jugando toda la mañana al Monopoly (creo que ya puedo ser un pez
gordo de los negocios en Alemania) y a un juego de memoria con cartas llamado
Plumpsack. Me ganó todas las veces al juego de cartas. Triste pero cierto.
Ahora mismo está viendo Tom y Jerry, por lo que tengo tiempo para mí.
En esta zona se habla un dialecto, como prácticamente en toda Alemania,
llamado Pfälzisch. Suerte que los niños hablan todos Hochdeutsch, así que se
les entiende relativamente bien. A pesar de eso, más de una vez me he visto en
la tesitura de utilizar la técnica de sonreír, asentir y rezar para que no me
estén preguntando nada. No es muy distinto del alemán, por lo que puedo pillar
algunas palabras cuando los adultos lo hablan. El tío insiste en enseñarme,
porque se piensa que al final del verano podré hablar un perfecto Pfälzisch
además de Hochdeutsch. Träum weiter.
Por lo demás no hay mucho más que contar. Estoy encantada con los niños y
tengo muchas ganas de empezar a hacer un poco de turismo. Ha habido momentos
adorables como cuando el niño pequeño (al cual cuesta horrores entenderle
porque siempre murmura) me ha dicho: “Ich
mag dich schon!” (“¡Ya me gustas!”). También están constantemente
preguntando cómo se dicen cosas en español. Cuando aprenden una nueva frase se pasan
el día entero repitiéndola sin parar como loritos.
Alla dann! (supuestamente es “adiós” en Pfälzisch)
Wiiiiii tenía ganas de leer esta entrada!
ResponderEliminarMe alegro un montón de que todo vaya bien tanto con el país como con la familia. Qué mono el niño, me alegra leer que ya te lo has ganado! :)
A ver si pronto te llega la BahnCard (o el justificante de habértela hecho, que también vale) y haces alguna excursión, estaré encantada de leerlas!
Que siga todo tan bien por esos lares!
Qué bien, qué genial que ya estés instalada y vaya todo bien :) Me alegro un montón. Los niños parecen adorables, aunque la pequeña te de más guerra. Qué miedo me da a mí irme, no entenderé NADA. A partir de la semana que viene me pondré a ver vídeos y cosas en alemán, buf. Está más oxidado mi nivel...(y hablar ya ni te cuento).
ResponderEliminarAnyway, sigue contando por aquí cuando puedas :) Esperamos tus entradas con ganas. Un besito guapa!