Este fin de semana ha estado plagado de contrastes. Incidentes un tanto
desafortunados y, al mismo tiempo, experiencias inolvidables.
Como comenté en la entrada anterior, iba a pasar dos días en Freiburg, mi
ciudad preferida y mi lugar de residencia a partir de octubre. El sábado 17
madrugué como de costumbre y me puse en camino hacia la Selva Negra, en un
trayecto que duró en torno a dos horas. A las 8 en punto ya estaba en la
estación principal, preparada para reencontrarme con la ciudad de la que me
enamoré perdidamente hace justo dos años.
El destino o algún mal de ojo quiso que a principios de la semana pasada se
me fastidiase el objetivo de la cámara, por lo que la mayoría de las fotos no
tienen la calidad que me gustaría. Aunque bueno, al menos sigue haciendo fotos,
que es lo que importa. Al parecer se ha cascado el mecanismo interno, por lo
que cada vez que la encendía sonaba una especie de ruido del demonio que
semejaba una ametralladora. Más de un turista japonés me ha tomado por
terrorista. Una solución sería comprar un objetivo nuevo al llegar a España,
pero lo he estado pensando bien y seguramente me compre otra cámara (ya tengo
el modelo claro), ya que esta tiene cuatro años y medio. Así que gran parte de
los ahorros que he ganado este verano como au pair van a ir destinados a una
nueva cámara.
Nada más llegar me dirigí a Colombipark, un pequeño parque en pleno centro
con un edificio de lo más pintoresco. Una de las cosas que más me gustan de
Freiburg es su tamaño. Al tratarse de una ciudad mediana, prácticamente está
todo bastante cerca. Gracias al Straßenbahn (tranvía) se puede estar en pocos minutos en cualquier parte. Yo
personalmente preferí ir a todas partes
a pie a falta de una bicicleta. La mayoría de los estudiantes allí optan por
las dos ruedas, ya que la ciudad está repleta de carriles bicis.
Colombipark
Una de las peculiaridades de la ciudad son los
pequeños canales de agua que la recorren, conocidos como Bächle. El agua proviene del Dreisam, el río que atraviesa la
ciudad. En verano la gente aprovecha para poner los pies en remojo o
sencillamente refrescarse. Y es que Freiburg es, según dicen, la ciudad más
cálida de toda Alemania.
Dreisam
La plaza principal (Münsterplatz) es otro de mis lugares preferidos de la ciudad Aquí
es donde está situada la impresionante catedral, así como un mercado repleto de
puestos con productos de todo tipo. Te puedes encontrar con una gran variedad
de quesos y yogures, mermeladas y tartas caseras, frutas y verduras frescas,
flores recién recogidas, el típico embutido alemán… Es probablemente el corazón
de la ciudad y un paraíso para los cinco sentidos.
Otro de los lugares con más encanto de la ciudad
en mi opinión es un mirador que hay desde donde puede vislumbrarse
prácticamente toda la ciudad. Disfrutar de un atardecer allí es uno de esos
pequeños placeres de la vida que todo turista debería experimentar, porque de
veras que merece la pena. Es posible ver la ciudad desde un punto más alto, por
lo que si hay ánimos para seguir subiendo escaleras, lo suyo es ir hasta la Schlossbergturm, una torre de metal
desde la cual se puede observar todavía mejor Freiburg y su idílico
emplazamiento.
Aproveché también para ir a ver la universidad,
ya que tenía curiosidad por ver donde tendrían lugar algunas de mis clases a lo
largo del próximo año. A pesar de que todas serán en el casco antiguo de la
ciudad, están repartidas en edificios distintos. Seguramente las primeras
semanas sea un verdadero caos hasta que me acabe acostumbrando.
Al mediodía fui a comer al McDonald’s y me tocó sentarme
al lado de un chico a falta de más sitio libre (luego resultaba que en la
planta baja había muchísimas más mesas. Aplauso para mí). Llevaba una bufanda
del equipo de Freiburg, porque al parecer había un partido del equipo local
contra Mainz. Estuvimos conversando un rato y se ofreció a enseñarme un poco
más de la ciudad, como sitios donde la comida está a muy buen precio y algunas
tiendas interesantes. Me encanta comenzar a hablar con desconocidos que
resultan ser la mar de majos.
Por la tarde quedé con un amigo mío que vive y
estudia allí. Ahora está trabajando en el Goethe Institut, por lo que fuimos en
coche con el resto de su grupo a un lago de las afueras. Algunos de ellos se
atrevieron a bañarse, a pesar de que ya era algo tarde y empezaba a refrescar. Resultó
que el lago estaba lleno de mierda de pato, por lo que fue toda una suerte no
meter ni los pies.
Para la cena decidimos ir a un restaurante cerca
de Augustinerplatz. Probé la cerveza Ganter Urtrunk, que me sorprendió para
bien. Esta marca es la típica de allí, porque la fábrica se encuentra justo a
orillas del río. Lo que no fue un acierto fue la comida. El Flammkuchen que me pedí estaba tan
salado que no pude terminármelo. Nada que ver con el que me pedí en Baviera,
del que habría repetido y todo.
Brauerei Ganter
Pasé la noche en el Black Youth Hostel, un hostal
a escasos minutos del centro histórico. Como buen viaje de bajo presupuesto,
compartí la habitación con otras veinte personas. He de decir que el sitio no
está nada mal, porque tiene una cocina donde puedes prepararte todo lo que
quieras, una sala común e incluso ordenadores con Internet por los que no hay
que pagar nada (en la mayoría de sitios te hacen meter monedas y hay límite de
tiempo). Estaba bastante limpio y casi
ni me enteré de que compartía la habitación con tantas personas, a excepción de
algunos ronquidos algo molestos.
El domingo fue a visitar la Stusie, la residencia
que alberga al mayor número de estudiantes. Me decanté por esta porque todavía no he
recibido respuesta del Studentenwerk (me encanta lo que tardan), así que es la
que probablemente me tocará. Se encuentra justo al lado de un gran lago y no
está muy lejos del centro, así que está bastante bien.
Después quedé con otro chico que conocí el año
pasado en Göttingen. Me estuvo contando cómo había pasado 6 meses viajando por
Australia, Nueva Zelanda y las Islas Fiji. Yo le escuchaba con cara de “envidia
infinita”. Sí, hay gente que la verdad es que se lo monta muy bien.
En resumen, mi visita fugaz a Freiburg mereció
sin lugar a dudas la pena. Consiguió que se incrementasen mis ganas por vivir
ya allí.
Sin embargo, al regresar a las once de la noche a
Haßloch me esperaba una sorpresa desagradable: mi bici no estaba. A pesar de
haberla dejado con candado en el lugar de siempre, la habían robado. Por lo que
he podido oír, hay muchos ladrones de
bicis en la estación. Sí, en Alemania. Sí, donde se supone que no roban las
bicis ni aunque las dejes sin candado. Parece ser que no es oro todo lo que
reluce.
Me tocó ir andando hasta casa, porque lógicamente
no iba a llamar al padre para que me recogiese, ya que no quería molestarle. 50
interminables minutos hasta que llegué al fin. Y, por si eso ya no era mala
suerte, se puso a llover a mitad camino. Suerte que llevaba un paraguas en la
mochila por si las moscas.
Hoy era el primer día de colegio de la pequeña
monstruo. Allí iba ella con su súper Schultüte
repleta de golosinas. En Alemania tienen la costumbre de llevar una especie de
cono gigante lleno de chucherías el primer día de colegio. Cada uno va decorado
de una manera distinta. Como es lógico, todo el trabajo manual lo terminan
haciendo los padres.
A pesar de los incidentes que ha habido, ha sido
una gran semana.
Holaaa!!!
ResponderEliminarQue se te rompiese el objetivo de la cámara es una judiada pero para nada un mal de ojo!!!
como siempre te digo me encantan las fotos... porque gracias a vosotras conozco mogollón de sitios y lugares que no sé si podré ver todos..., y si voy algún día vuestros blog me sirven de guía ... así que...! estupendo!
que acabes de pasar un buen verano... y al poco empieza una nueva aventura... EL ERASMUSSS!
BESOS Y A CUIDARSE!
Ich will auch! :___ (Como diría mi HK menor). Qué envidia Freiburg, tengo unas ganas muy poco sanas de visitar la Selva Negra, pero siempre que he ido (o estoy) en Alemania me pilla lejos :(. Cuando estés de Erasmus espero que sigas actualizando y contándonos sobre tu vida allí.
ResponderEliminarSobre la bici... qué faena, por decirlo finamente. He oído muchas veces eso de que toda la "gentuza" suele reunirse en los alrededores de las estaciones de tren. Pero jo, con todas las bicis que suele haber en dichas estaciones ya es mala suerte. En fin, espero que tu familia no se enfadase, ya que no tuviste la culpa.
Disfruta de lo que te queda como au pair en estas queridas tierras (se me nota la nostalgia y aún no me he ido xD) :____________.
Sweetie, he estado muy desconectada tanto de ti como de tu blog y (por fin) hoy me pongo al día en, al menos, algunos de los dos. Me alegra que disfrutaras tanto de Freiburg y siento muchísimo lo de la cámara. Te comprendo como buenas compis que somos y la verdad es que a mí me habría dado un buen mareo si se me jodiera el objetivo... ¡La ciudad parece mágica! Si tengo suerte y parné, te visitaré unos días.
ResponderEliminarTe echo de menos la vida. Mañana te lloraremos las que vayamos a la comida de despedida de Josué.
Prometo hablarte hoy o mañana por el whats. ¡Te quiero mucho, bonita!
¡Hola!
ResponderEliminarMe he dado de alta en una página de au pairs pero no tengo muy claro qué poner en mi perfil para dar con una buena familia. ¿Puedes darme el link de tu perfil o publicar una entrada en el blog sobre los pasos que seguiste para ser au pair? ¡Sería realmente útil ya que voy un poco perdida!
¡¡Muchas gracias!!
Hola :)
EliminarPor desgracia no puedo pasarte mi perfil, porque me lo desactivé en cuanto encontré a mi familia. Pero lo esencial es que te describas con el mayor detalle posible: qué te gusta hacer en tu tiempo libre, cómo eres de carácter, si tienes experiencia previa con niños, por qué te has decantado por el trabajo de au pair... Otro aspecto importante es que tengas claro desde un principio lo que estás dispuesta a hacer y lo que no. Si te atreverías a coger el coche en el país de acogida en el caso de que fuera necesario o cosas así.
En realidad crear un perfil no es nada complicado, ya que sencillamente tienes que hablar sobre ti para que las familias se hagan una ligera idea de si sois compatibles o no.
Lo de dar con una buena familia es relativo. Un buen perfil no te garantiza, como es lógico, que vayas a encontrar a la familia ideal. Pero sí que facilita mucho las cosas, pues se puede deducir si sois compatibles o no.
Te recomendaría también que, antes de tomar una decisión, hablases con la familia, a ser posible por skype. Es una manera más directa de tener contacto con ellos y de descubrir si realmente congeniáis.
También puedes echarle un vistazo a otros perfiles de distintas au pair, para hacerte mejor una idea.
Espero que te haya servido de algo. ¡Muchísima suerte!