Y mucho menos en Navidad. Porque si la comida
alemana ya tiene fama de ser contundente y enemiga de las operaciones verano
(tanta patata y salsa podría alimentar legiones enteras de hombres
hambrientos), eso no es ni punto de comparación con lo que te aguarda cuando
las navidades están a la vuelta de la esquina (véase un mes antes).
Una ya tiene que mentalizarse de que en estas
fechas lo que toca es cebarse como nunca antes. El cliché del niño rollizo
alemán de mofletes como pelotas de baloncesto tiene su clara explicación en una
sola palabra: Plätzchen, lo que en
cristiano vendría a ser como “galleta”. Alemania es un paraíso para los amantes
del dulce. No en vano tienen hasta un verbo para la expresión “comer dulces” (naschen). Es su pasatiempo preferido y
saben cómo ganarse adeptos a esta afición. Yo nunca me he considerado una
persona excesivamente golosa. Cierto es que a nadie le amarga un dulce y que,
como a mucha otra gente, me gusta comer de vez en cuando chucherías; pero nunca
he sido de comer demasiados. Resulta que el “de vez en cuando” ha pasado a ser
un “día sí y día también”.
Paseas por el Weihnachtsmarkt y ya se te van los
ojos por los puestos. Bajo el lema “no me vuelvo a casa sin probar esto”,
probablemente haya saboreado medio mercado. Así, he descubierto que siento
especial debilidad por unos pedacitos de cielo llamados Nussecken. Bendición en forma de triángulo con puntas de chocolate.
Luego está el tema del frío. Cuando las
temperaturas son tan bajas, a los dedos les da por engarrotarse, hasta el punto
de que ni los guantes te permiten sentir con normalidad la yema de los dedos.
¿Y qué mejor forma de combatir el frío en los dedos que una taza de chocolate caliente?
En esos momentos te ríes en la cara de las mujeres de bragas rojas del Special
K. Dios bendiga esas calorías.
Para compensar mis hábitos “insanos”, ayer me fui
de excursión a Horben, un pueblo cerca de Friburgo. La primera nieve ya había
caído e hizo bastante sol, por lo que
los paisajes eran de ensueño. Pero no podía ser un domingo sin dulces. Y
menos el primer domingo de adviento. No, menuda aberración, por favor. Así que
en Stusie, la residencia donde viven la mayoría de estudiantes internacionales,
había tarde de cocinar galletas. Hicimos tandas hasta que el horno pidió
clemencia (en su idioma claro, comenzando a tostar más de la cuenta las últimas
galletas).
Pero no todo ha sido comer, claro. El viernes por
la tarde patiné sobre hielo por primera vez en mi vida, quitándome la espinita
clavada que siempre había tenido. Para mi asombro, resultó ser mucho más fácil
de lo que pensaba, a pesar de que al principio tendía a poner los pies en
posición pingüino.
El sábado celebramos el cumpleaños de una amiga
francesa en un restaurante mexicano: Enchilada. Los precios no es que fuesen
bajos, pero había Happy Hour, lo que significaba que todos los cócteles valían
3,5. Una ganga, vaya.
A continuación fui con una amiga finlandesa a una
fiesta en el Stusiebar organizada por los estudiantes de Farmacia. No había
demasiados Erasmus, sino que la mayoría eran alemanes alcoholizados a base de
chupitos servidos en probetas. Viva la originalidad.
A la mañana siguiente asistí a un Flohmarkt que
había en la Mensa. Me hice con un pañuelo adorable por el precio de 2€. Estaba
lleno de puestos de ropa de segunda mano perteneciente a estudiantes. Me gustó
tanto que espero que vuelvan a poner otro, porque había muchas cosas que
merecían la pena.
Mañana voy precisamente a casa de esta chica a
hornear Lebkuchen. Sí, más que confirmado: no es país para dietas.
Me ha encantado tu entrada y estoy 100% de acuerdo contigo. ¿Qué dieta ni qué leches? Siempre lo decimos con mis amigas 'no, esto ya es pasarse...pero bueno, ya que estamos aquí, a disfrutar'. Y ole ole. A disfrutar toca :)
ResponderEliminarMe encanta tu entrada. Te veo muy bien y muy feliz y muy integrada :) Las fotos son una preciosidad, (y tú estás muy guapa!) :) Yo iré a patinar sobre hielo este finde, espero, así que a ver qué tal. ¿Cómo ha ido el Lebkuchen? Te convertirás en una experta en la cocina a este ritmo!
Un besote!
Estaba buscando en google consejos sobre cómo aprender alemán y he dado con tu blog jajaja
ResponderEliminarQuizás no es exactamente lo que buscaba, pero me ha encantado tu blog. Me pasaré en unos días para ver si has actualizado ;) Y ya puestos... ¿Podrías hacer alguna entrada sobre cómo has aprendido alemán y dar pequeños trucos que te hayan sido de utilidad? ¡Me vendría muy bien! Voy a empezar a estudiar alemán en unas semanas.
Saludos desde Barcelona.