Como podéis ver, he decidido darle un buen lavado
de cara al blog. Sigo siéndole fiel a un estilo de lo más minimalista, por lo
que tampoco tiene un diseño como para tirar cohetes, pero ya hacía tiempo que
tenía en mente arreglarlo un poquito. A ver si así me animo yo también a actualizar
con más frecuencia (sí, esto es lo que siempre me repito una y otra vez).
El caso es que estos días tan plomizos y una
entrada que leí el otro día de la señorita Ampelfrau hicieron que me acordase
de la capital alemana. Creo que nunca he llegado a hablar lo suficiente de lo
mucho que me fascina esta ciudad, así que me gustaría dedicarle esta entrada a
la que es, sin lugar a dudas, una de mis ciudades europeas preferidas.
Recientemente traduje un artículo de la revista
online Café Magazine, en el que se habla sobre el argot berlinés que tan de
moda está entre los jóvenes que allí residen. Os recomiendo que lo leáis, porque
no es demasiado extenso y resulta muy curioso descubrir algunas características de esta jerga.
Si tuviera que describirle a alguien la ciudad de
Berlín, no sabría muy bien por dónde empezar. En los últimos años han sido
muchos los españoles que han emigrado a esta ciudad. Me vienen a la cabeza unas
palabras que leí este verano en la edición alemana de Glamour: Jemand hat mal zu uns gesagt, Berlin sei im
Sommer wie Barcelona – nur ohne Meer. Zu verdanken ist dieser
Titel den vielen Südeuropäern und ganz besonders den Spaniern, die in den
vergangenen zehn Jahren nach Berlin gekommen sind. (Uno vez nos dijeron que Berlín en verano es como Barcelona, solo que sin
mar. Esta fama se debe al gran número de europeos del sur, en especial a los
españoles que desde hace diez años han venido a Berlín).
En efecto, son muchos los que se decantan por la
capital alemana como destino para emigrar. A pesar de ser la ciudad más
conocida del país teutón, os voy a decir algo que se basa en mi percepción:
Berlín es y no es Alemania. ¿Qué es lo que quiero decir con esto? Bueno, pues
que si bien cada ciudad tiene sus peculiaridades, siempre hay ciertas
características que hacen que logremos encasillarla dentro de un país. Sin
embargo, en el caso de metrópolis como Londres, París o Berlín, poco tienen que
ver con el resto de poblaciones dentro de las fronteras.
Desde mi punto de vista, quien se va a Berlín, no
se va a Alemania. Su impresionante historia, su diversidad cultural y sus
tantas otras idiosincrasias hacen que sea imposible encasillarla dentro de
cualquier cajón de sastre. Y es que Berlín es, en sí, un gran cajón de sastre.
Hay cabida para todos: desde el pragmático empresario de éxito que va de punta
en blanco, hasta el excéntrico y bohemio artista aparentemente desgarbado. Con
esto me tengo que morder un poco la lengua, ya que la creciente gentrificación
ha hecho que para algunos colectivos cada vez se vuelva más complicado vivir en
la capital. Los alquileres en los codiciados barrios de moda (Szeneviertel) se encarecen a una
velocidad de vértigo. Berlín tenía precisamente la fama de ser una capital barata
en comparación con otras como Viena o Londres, pero parece ser que esto cada
vez se vuelve más irreal debido a la constante masificación que está teniendo
lugar.
Yo he estado dos veces en Berlín y, a decir
verdad, la segunda vez me gustó más que la primera. Creo que es uno de esos
lugares que, cuanto más a fondo conoces, más hueco acaban ocupando en tu
memoria (y corazón). La última fue en marzo de este año, donde me la recorrí
prácticamente de punta a punta sobre una bicicleta de alquiler. No quiero extenderme
demasiado, por lo que será en la siguiente entrada donde revelaré algunos de
mis rincones preferidos de la capital.
¡Que paséis un buen domingo!
Holaaa :)
ResponderEliminarOhhh salgo en tu entrada!!! Jajajajaja emocióoon :D :D :D. Va, me pongo seria (un poco al menos).
Totalmente de acuerdo contigo, Berlin es so wunderbar :). Me pasó algo parecido a ti, la primera vez me gustó la ciudad, pero fue en mis próximas visitas cuando empezó a fascinarme de verdad. Cuando conozco una ciudad nueva siempre voy a ver lo más turístico y la primera vez que estuve en Berlín fueron solo dos días, así que tampoco tuvimos tiempo de perdernos por sus rincones. La segunda vez (que es la que cuento en el blog) ya la conocía y la disfruté mucho más, me fijaba en detalles, la gente, las curiosas tiendas, etc.
Espero que pronto nos cuentes tus aventuras por Berlin :)
Un beso!!!
¡Hola! Me encanta cómo te está quedando el nuevo diseño del blog, pero todavía me gusta más que no hayas dejado de escribir aunque tu estancia Erasmus haya pasado. Estoy segura de que todavía tienes muchas cosas que contarnos sobre traducción, idiomas y Alemania (u otros viajes). Bueno, o con que simplemente actualices con cualquier tontería me conformo, porque cualquier cosa que escribes es adictiva.
ResponderEliminarPor cierto, ya que me animo a dejar un comentario aprovecho... Yo también soy estudiante de alemán (aunque principiante, pues curso un A2) y me gustaría preguntarte si crees que podría prepararme un nivel por mi cuenta para acelerar un poco el proceso de aprender gramática ya que soy de las que piensan que siempre se aprende vocabulario (¡incluso en tu lengua materna!). ¿Lo has hecho alguna vez o me lo recomendarías? Obviamente, sería algo puntual, porque al tratarse de un idioma tan difícil prefiero que un profesor me lo explique. Así que solamente sería prepararme el B1.1 por mi cuenta para poder empezar el B1.2 directamente.
¡Gracias por la ayuda!
Elena
Hola, Elena:
EliminarMe alegra mucho saber que te gusta el nuevo diseño.
¡Claro que te recomendaría aprender por tu cuenta! Soy de las que defienden a capa y espada ser autodidacta a la hora de practicar idiomas. De hecho, únicamente puedes llegar a dominar una lengua si estás dispuesto a curiosear y a realizar ejercicios por iniciativa propia. Por muchas reglas que se den en los cursos, gran parte del trabajo es cuestión de cada uno.
En mi caso, por ejemplo, fue gracias a mi interés que logré pasar de un A2 a un B2 en cuestión de meses. Hay muchos libros de gramática y de ejercicios que pueden servirte de gran ayuda. Como tú has dicho, el vocabulario nunca deja de aprenderse. Elaborar listas de palabras y repasarlas de vez en cuando viene muy bien y además es un buen ejercicio para mejorar la memorización.
Del B1.1 al B1.2 no hay un salto tan grande, así que puedes lograrlo con tan solo algo de dedicación. El objetivo de separar estos niveles es asegurar que el estudiante afianza los conocimientos adquiridos y que no haya tanta materia nueva de golpe, pues del B1 al B2 hay una diferencia considerable.
Al tener ya las bases del idioma, te resultará mucho más sencillo adquirir nuevos tiempos verbales y descubrir su uso. Yo tengo un libro de Larousse de gramática alemana que está enfocado a autodidactas. Está muy bien para resolver dudas puntuales y ampliar conocimientos sobre aspectos que ya has aprendido, como la declinación. Además, viene con muchos ejemplos y explica todo de forma muy clara.
¡Mucho ánimo y paciencia!
¡Hola! He visto que te gusta mucho leer. ¿Tienes cuenta en Goodreads? Me encantaría saber qué libros has leído y si los recomiendas ya que soy una aficionada a la lectura :)
ResponderEliminarHola, Lorena:
EliminarTengo cuenta en Goodreads, pero está abandonada. En mi perfil hay una lista con mis libros preferidos, puede que eso te sirva de ayuda.
Saludos