Parece ser que noviembre ha querido hacer una
entrada triunfal y nos ha regalado unos rayos de sol estupendos por Leipzig. Se
agradece enormemente tras tantos días de nubes, neblina y frío. Así que he
aprovechado para salir a dar un paseo a un parque no muy lejos de donde vivo:
Friedenspark. El nombre le hace justicia, ya que es un lugar muy tranquilo, a
pesar de que la carretera no se encuentra muy lejos. Justo al lado hay una
iglesia rusa ortodoxa que llama la atención por su dorada cúpula. Como tengo
costumbre de combinar las rutas al salir a correr, suelo venir aquí cuando no
voy al Clara-Zetkin Park. El único inconveniente es que el Friedenspark no es
tan grande, por lo que me toca dar varias vueltas. Esto le ocurre a la mayoría
de corredores que vienen, así que no es extraño cruzarte con otra persona unas
cinco veces (a la quinta te embarga el compañerismo del sufrimiento compartido
y me veo tentada de saludar).
Con el cambio de hora, anochece a una velocidad
de vértigo. Por eso intento aprovechar al máximo las primeras horas del día, o
de lo contrario no te embarga la sensación de que no has hecho nada productivo.
Las últimas dos semanas en concreto he estado traduciendo todas las mañanas, ya
que tenía un gran encargo de traducción sobre una tienda online alemana de
moda, similar a Zalando.
Poco a poco comienzo a aclimatarme en Leipzig.
A pesar de que llevo más de un mes aquí, al principio se me hizo bastante duro,
sobre todo por el contraste tras el idílico verano en Friburgo. Ahora mismo ya
tengo mi habitación amueblada, he podido conocer a más gente y mi actividad
como auxiliar de conversación me deja bastante tiempo para asistir a clases de
la universidad y continuar descubriendo la ciudad.
Al regresar del paseo, me he topado con mi
compañera de piso, que se dirigía con una amiga al Kohlrabizirkus, un gran
pabellón donde suelen organizarse todo tipo de eventos. Resulta que ahora mismo
hay un outlet de libros, donde hay descuentos de hasta el 90%. Así que no me lo
he pensado dos veces, las he acompañado y he regresado a casa con dos libros
nuevos bajo el brazo.
El próximo 9 de noviembre hay un encuentro en
Erfurt de todos los auxiliares de conversación de Turingia al que me han invitado. Sigo teniendo pendiente
descubrir este Bundesland, así que a ver si tengo algo de tiempo para ver un
poco de la ciudad.
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