miércoles, 16 de diciembre de 2015

Cumpleaños singular






Qué mejor anticipo de las vacaciones que un cumpleaños de los que se quedan impresos en la memoria. El 12 de diciembre no fue un día cualquiera; no solo para mí, sino para la ciudad de Leipzig. Aunque para esta última no se trató de un motivo de alegría, sino más bien de lo contrario.

Para el pasado sábado se habían anunciado tres manifestaciones de extrema derecha en Connewitz y en Südvorstadt, por lo que la agitación era más que evidente: calles cortadas con coches de policía que impedían el paso, helicópteros sobrevolando la ciudad para supervisar la zona, piedras de la calzada que volaban de un lado a otro de la Karl-Liebknecht-Strasse, cristales rotos, tranvías paralizados, contenedores incendiados, multitud de espectadores curiosos que querían contemplar lo que ocurría… En definitiva, un caos que se saldó con múltiples heridos y detenidos.


Leipzig es una de las ciudades alemanas en las que el movimiento Pegida más fuerza ha cobrado, así como su antagónica respuesta: Legida. Sobre todo en los barrios más al sur, no es extraño ver gran cantidad de carteles donde, o bien se remarca que los refugiados son bienvenidos, o bien se denuncian los comportamientos racistas. A pesar de algunas reacciones de rechazo ante la llegada masiva de refugiados, su recepción en Alemania ha sido en general positiva. No son pocas las iniciativas y los planes que los diversos gobiernos han lanzado, para asegurar así que los recién llegados se integran en la sociedad alemana.

Por suerte estos incidentes no amargaron la celebración de mi cumpleaños. El viernes por la noche me sorprendieron con entradas para ver un clásico del mundo del ballet: “El lago de los cisnes”. La actuación tuvo lugar en el Gewandhaus, clara muestra arquitectónica de la antigua RDA. Toda la belleza de la que carece su fachada se ve compensada por la excelente acústica de la sala principal. La verdad es que nunca antes había presenciado una actuación de ballet en directo, pero siempre había sentido debilidad por este deporte, sobre todo a raíz del famoso thriller protagonizado por Natalie Portman. Resultó ser una experiencia única poder observar desde tan cerca la precisión de los movimientos de cada uno de los artistas, sin poder dejar de pensar en la cantidad de horas de trabajo que se esconden tras cada escena.  

El fin de semana pasamos mucho tiempo en Plagwitz, barrio que antiguamente fue el epicentro industrial de la ciudad. Es uno de los rincones de Leipzig que invitan a dar largos paseos y a disfrutar de su gran oferta de cafés y restaurantes. El encanto reside en su característica arquitectura, con numerosas fábricas totalmente renovadas y lujosas viviendas de ladrillo rojo a orillas del canal. Con motivo de mi cumpleaños, reservamos mesa en Kaiserbad, una antigua fábrica de fundición que se ha convertido en un elegante restaurante de decoración minimalista. Se ha conservado la gran infraestructura y algunas de las paredes de ladrillo, así como los grandes ventanales, pero se han añadido numerosos detalles que hacen del complejo un lugar mucho más acogedor; como las lámparas esmaltadas o los sillones turquesa a juego con las columnas de cerámica del mismo color. Por desgracia no tengo fotos, ya que no pude regresar a casa a por la cámara por culpa de las manifestaciones.






El broche del fin de semana llegó de la mano de un delicioso desayuno en Hotel Seeblick, el que ha parecido convertirse en nuestra parada obligatoria. Esta vez me decanté por una opción vegana, con tortitas de plátano y leche de soja acompañadas de hummus, confitura de higos, paté de olivas negras y una pequeña macedonia. Siempre que venimos aquí me gusta observar a la gente desayunar. Es curioso cómo hay personas que no dejan de conversar ni un segundo, que se toman su tiempo para untar la mantequilla sobre el pan, para cortar los bordes de las lonchas de queso o para remover la espuma del capuchino en todas las direcciones posibles. Hacen del desayuno un ritual sin descuidar al interlocutor. Luego está la tragedia de la pareja sumida en silencio, que devoran sin apenas cruzar miradas. Un auténtico despropósito de las cafeterías, en mi opinión.






La cuenta atrás para volar a España por Navidad ya ha empezado. Mañana es mi último día de trabajo y apenas puedo esperar a estar de nuevo en Berlín el martes. Hasta entonces, me mantengo ocupada buscando distintos regalos que quepan en mi modesta maleta de mano. 

3 comentarios

  1. Paso a dejarte un feliz cumpleaños, la mejor energía para el 2016 desde latinoamerica y felices fiestas. Como siempre encantado con tus letras, tu atención a los detalles y tus fotografias, todo magico.

    Saludos, Nahuel.

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  2. Feliz cumpleeeeeeeeeeeeeee!!!!!!!!!!!!!!! :)

    Me alegro de que fuese un gran día a pesar de las circunstancias :/
    Ese desayuno tiene una pinta de muerte, me ha entrado hambre aún a estas horas de la noche!
    Cada vez que leo tus posts me entran ganas de visitar Leipzig, parece tener mucho encanto. No conozco la zona y debe ser muy diferente a Freiburg o Baviera (aunque quizá no tanto a Thüringen), me pica la curiosidad.
    Te deseo una buena recta final antes de las merecidas vacaciones, que te lo pases genial en Berlin y también en España con tu familia!

    Un beso muy fuerte y feliz Navidad (qué rápido ha llegado este año xD)

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  3. Tu crónica, por así decirlo, siempre es un agrado de observar.
    Espero el nuevo te salude de la mejor forma.

    Un beso, suerte.

    Leonard.

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