Para finalizar el año, me parecía oportuno
escribir una entrada acerca de una de las actividades a las que tantas horas
semanales dedico: la traducción. Estos últimos días, entre descansos de
polvorones y almendras garrapiñadas, me ha tocado estar tardes delante de la
interfaz de Across y de MemoQ. Los textos no podrían ser más dispares entre sí;
ya que, por un lado, tengo que traducir contratos de compraventa para el máster
y, al mismo tiempo, participo en un proyecto de localización de un sitio web
alemán que vende productos ecológicos. Dos géneros totalmente distintos que,
aun así, comparten algunos puntos en común. Esto se debe principalmente a las peculiaridades
de cada lengua, las cuales permiten sacar algunas conclusiones generales que pueden ser de gran ayuda a la hora de
traducir del alemán al español. Es por ello que me he decidido a elaborar una
escueta lista con algunas cuestiones que me parecen fundamentales en esta combinación
de idiomas. Por supuesto, estas son algo subjetivas, pues se basan principalmente
en mi propia experiencia, y no podrán aplicarse en todos los casos, como todo
en esta vida.
1) Alemán = nominal. Español = verbal. Esta me
parece una regla de oro que muchas veces se olvida. En alemán se tiende a
emplear muchos sustantivos. Yendo un paso más, diría que sienten especial debilidad
por los compuestos (les encanta estrujar hasta las últimas gotas de la infinita
capacidad creativa que ofrece el idioma). El español, por el contrario, es un
idioma mucho más verbal (no en vano llevamos de cabeza a los extranjeros con
nuestros tropecientos tiempos verbales y sus irregularidades). Me sirvo de un
ejemplo muy recurrente en el proyecto de localización:
für Muskelaufbau = para ganar masa muscular
2) Anglicismos hasta en la sopa. Esto no es
aplicable a todos los géneros textuales, pero por lo general nos percataremos de que en
alemán aparecen muchísimos anglicismos nada frecuentes en español. Suelen
abundar sobre todo en los textos de marketing. Los anglicismos cuentan con más
aceptación entre los lectores alemanes que entre los españoles, por lo que
sería un error conservarlos al traducir. Siempre que sea posible, habrá que
emplear la forma española. Muchas veces es fácil dejarse guiar por las
recomendaciones de la Fundéu.
3) Los signos de puntuación también se traducen. En numerosas ocasiones nos olvidamos de que, dependiendo del idioma, se
emplean unos signos de puntuación u otros. En alemán, por ejemplo, es frecuente
el uso de la raya para hacer incisos o añadir conclusiones, mientras que en
español optaríamos por otros signos como la coma, el paréntesis o los dos
puntos.
4) El uso de las mayúsculas. No solo hay que
tener en cuenta que en alemán todos los sustantivos van en mayúscula, sino que
también hay casos en los que se emplea mayúscula, a diferencia del español. Un
caso muy recurrente es el de los dos puntos. En alemán, tras los dos puntos,
siempre se utiliza mayúscula.
Der Wald, die Felder, der See: All das
gehörte früher einem einzigen Mann.
(Duden)
El bosque, los campos, el lago: todo esto solía pertenecerle a un único
hombre.
5) Vacíos léxicos. No son pocos los casos en los que nos
encontramos con términos alemanes que no tienen equivalencia en español porque
hacen referencia a realidades que no existen en España. En estos casos siempre
se puede optar por la palabra alemana (calco), términos más generales, explicitaciones
y hasta por otros culturemas españoles, si nos decantásemos por una adaptación.
Stollen = Stollen (calco)
dulce navideño (generalización)
bizcocho de Navidad relleno de pasas y recubierto de azúcar (explicitación)
turrón (adaptación)
Aun así, creo que en el ámbito de los
alimentos, gracias a cadenas como ALDI o LIDL, cada vez son más los españoles
familiarizados con los productos alemanes. Términos como Quark o Apfelstrudel han
dejado de ser desconocidos para el consumidor español.
Y hasta aquí la entrada de hoy. Estoy por
Valencia hasta el sábado y el mismo día de Nochevieja vuelo a Berlín, a donde
supuestamente llegaré a las nueve de la noche (sí, me tocará comerme las uvas
al bajar de las escaleras del avión). Espero poder compartir a la vuelta de las
vacaciones una entrada con los días que he pasado en la capital, siempre y
cuando los miles de exámenes y trabajos me lo permitan. ¡Que tengáis un buen
comienzo del año!
Feliz añoooooooooooooooo! :D
ResponderEliminarEspero que lo pasaras en grande en Berlin (y que nos cuentes tus aventurillas por allá acompañadas por algunas de tus fotos, que soy fan jajaj).
No soy traductora pero me puedo imaginar que los aspectos arriba mencionados pueden volver loca a una! Sobre todo el tema de los nombres compuestos, tienen sustantivos para todo!
Tu entrada me ha servido de motivación para volver a dar caña al alemán este año haha gracias ;).
Un beso muy fuerte!
Hola, Dafne:
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu entrada, yo también estudio traducción. Ahora estoy en tercero de carrera y me gustaría preguntarte si recomiendas algún software de traducción, si tú utilizas alguno, etc. Los que he visto son bastante caros y no sé hasta qué punto es útil comprar la licencia (y, si es útil, de cuál de todos).
Gracias.
Natalia
Hola, Natalia:
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar. Antes de comprar una licencia, tienes que tener muy claro si realmente te compensa realizar una inversión así. Puede que este no sea el caso si todavía estás estudiando, ya que es muy probable que tu universidad disponga de una licencia para algún programa con el que puedes trabajar en clase. Además, si en el futuro tienes pensado darte de alta como traductora autónoma, la compra te saldrá más rentable, ya que podrás deducir el IVA al tratarse de un gasto con fines profesionales.
En cuanto a mi experiencia, he trabajado principalmente con tres programas (SDL Trados Studio, Across y MemoQ). Trados es uno de los más extendidos y populares; tuve la suerte de que en el grado en Valencia fue el programa que vimos en la asignatura de TIC, así que pude aprender las nociones básicas. Across es otro programa que está bastante extendido aquí en Alemania y lo he empezado a usar desde que comencé el máster, ya que esta empresa ofrece licencias gratuitas a estudiantes. Tengo entendido que admiten certificados tanto en alemán como en inglés, así que quizás puedas probar suerte mandando algún documento que certifique que eres estudiante de Traducción. A mí personalmente me gusta más Trados, porque me parece que tiene una interfaz mucho más intuitiva y porque prefiero asociarle a cada proyecto de traducción una memoria distinta, en vez de tener una central (lo mismo ocurre con los bancos de datos terminológicos. Por último, con MemoQ tengo una licencia limitada que me proporciona una agencia de traducción para la que trabajo. Cada vez que me mandan un encargo, activan la licencia para que tenga acceso a las memorias y a la terminología. La verdad es que MemoQ también me gusta bastante, sobre todo por la función del control de calidad, que es muy gráfica.
Espero que esta breve explicación haya podido servirte un poco de ayuda. De momento no creo que sea necesario que adquieras ninguna licencia, pero es bueno que valores cuál de todos los programas te gustaría adquirir en el futuro. Para saber qué programa es el que más te convence, siempre tienes la opción de utilizar la versión de prueba.
Un saludo,
Dafne
Muchas gracias, Dafne.
ResponderEliminarAdemás, me gustaría saber si hace falta estar dada de alta como autónomo para trabajar con algunas empresas de traducción. He visto que hay algunas plataformas que te ponen en contacto con clientes o te asignan encargos de vez en cuando, pero no sé si puedo aceptarlos ya que no estoy dada de alta como autónomo. ¿Sabes algo del tema?
Muchas gracias de nuevo y disculpa que te pregunte tanto.
Natalia