En la entrada anterior me
preguntaron acerca de mi rutina en Alemania en comparación con la que llevaba
en España. Tras darle un par de vueltas, me he dado cuenta de que, en efecto,
pueden observarse algunas diferencias entre mi «vida española» y mi «vida
alemana», y aquí me propongo contaros las más relevantes.
Como seguramente ya he
comentado con anterioridad, tras finalizar mi estancia Erasmus en Friburgo
tenía clarísimo que quería mudarme a Alemania. Para llegar a dicha conclusión,
entraron en juego distintos factores. De entre todos ellos destaca que no estaba
del todo a gusto con mi vida en Valencia. Mentiría si dijese que me iba mal,
pero sentía que no terminaba de encontrarme en mi ciudad natal. Ninguna de las
perspectivas de futuro que barajaba me acababan de convencer –admito que estas
tampoco me robaban demasiado tiempo, ya que tuve desde el principio claro que
quería mudarme al extranjero–. Muchos días se me antojaban monótonos y faltos
de alicientes, en gran parte por vivir todavía bajo el mismo techo que me había
acogido tantos años.
Pese a que el comienzo de
los estudios supuso un punto de inflexión, la novedad de mi vida universitaria
fue a menos en cuestión de poco tiempo. Las clases y los trayectos en metro,
así como las horas de estudio en casa, se quedaban con la mayor parte de mi
tiempo, impidiéndome que replantease si estaba aprovechando al máximo aquella
época. Por supuesto, también hubo muy buenos momentos, sobre todo los que
compartí con mi grupo de amigas de aquel entonces. Sin embargo, me pasaba los
días pensando en futuro, dedicándole horas al aprendizaje del alemán a causa de
mi consolidada obsesión por el país. Creo que todos pecamos en menor o mayor
medida de tener la vista puesta en el porvenir y no tanto en el presente, pero
yo abusé de esta costumbre, sobre todo durante el último año de carrera.
Diría que, por regla general
–ojo, esto depende de la carrera–, en España no se dispone de tanto tiempo para
realizar actividades fuera de la universidad, porque hay una sobrecarga de
asignaturas y de materia que hay que aprender. El sistema español suele basarse
en exámenes finales donde toca escupir todos los monólogos que el profesor ha
soltado en clase. No hay un fomento del debate ni del pensamiento crítico, sino
que se espera del alumno que este atienda sin decir palabra y que, a lo sumo,
realice preguntas predecibles para que el docente pueda continuar explayándose;
una modalidad de clase que en Alemania se conoce como Vorlesung. En el sistema alemán, por su parte, en los Seminaren y Übungen (clases con un enfoque práctico) se espera un papel mucho
más activo por parte del alumno, lo que se traduce en un mayor dinamismo de las
clases. A excepción de los exámenes de traducción, en la mayoría de las
asignaturas hay que realizar presentaciones y escribir trabajos, para cuya
redacción se destinan unos dos meses de vacaciones entre semestre y semestre (Semesterferien). No es de extrañar,
pues, que el estudiante alemán vaya mucho más holgado durante el período
lectivo. Para que os hagáis una idea, en España apenas aprovechaba ofertas
adicionales de la universidad, porque tampoco es que abundasen, sino que iba al
gimnasio y estudiaba alemán en un centro privado. Por el contrario, aquí en
Heidelberg aprovecho los siguientes servicios de la universidad: voy a clases
de gimnasia y hago natación de forma totalmente gratuita, asisto a un curso de
francés que tan solo cuesta 80 € por semestre, veo películas en el cine de
estudiantes (1 € la entrada), realizo talleres que el IÜD (mi facultad)
organiza en colaboración con el BDÜ (la asociación alemana de traductores e
intérpretes)…
Cuando estudiaba en España,
realizaba encargos de traducción de manera muy esporádica. De la gente que
conocía, casi nadie trabajaba, y esto es algo común con independencia de la
carrera. En Alemania, muchos estudiantes compaginan los estudios con un trabajo
a tiempo parcial, precisamente porque el sistema lo permite. Desde que comencé
el máster, he recibido varios encargos de clientes directos y de una agencia
alemana de traducción, aunque he de admitir que esto no sería suficiente para
pasar el mes sin problemas. La cantidad de trabajo es muy variable: hay meses
en los que solo traduzco algún que otro texto, mientras que a veces me toca
hacer frente a un proyecto de traducción al que le tengo que echar un fin de
semana casi sin pausa. Pese a que también imparto clases de español
particulares para sacarme un dinero extra, no podría haberme independizado de
no ser por el apoyo económico de mis padres, a quienes les estoy muy agradecida
por haber colaborado tanto.
Ahora que acaban de comenzar
las vacaciones del semestre de invierno, tan solo me queda enfrentarme a la
recta final del máster, destinada a redactar el trabajo final. He finalizado
hace poco los exámenes del semestre, y en dos semanas me examino de las pruebas
finales escritas, que tienen bastante peso en la nota final. Sin embargo, no
será hasta septiembre cuando finalice del todo, ya que es a principios de ese
mes cuando tienen lugar los exámenes orales. Después, si todo sale según lo
previsto, mi plan es mudarme de manera definitiva a Friburgo, para asentarme al
fin en un lugar, después de dar tantos tumbos de un lado a otro. Podría decirse
que ahora mismo vivo a caballo entre Heidelberg y la Selva Negra, ya que me
subo en el tren cada dos fines de semana por mi relación a distancia –bueno, lo
de distancia es relativo si tengo en cuenta el año que vivía en Leipzig–.
A Valencia suelo escaparme
siempre que tengo vacaciones, aunque esta vez no será hasta abril cuando
regrese, ya que en marzo tenemos planeado un gran viaje al que le teníamos
muchas ganas desde hace tiempo. Os contaré más detalles en próximas entradas.
¡Que paséis un buen fin de
semana!
Qué bueno leer tu experiencia sobre todo por esos detalles que das de las clases de la universidad. Me gusta mucho más esa forma de aprendizaje, y me recuerda a lo que también me contaba mi primo de cuando estuvo en Cambridge y en San Francisco. Para mí sería muy importante que el derecho (que es lo que yo he estado estudiando) se impartiese como se hace en otros países, sobre todo en EEUU porque se analiza mucho más esa parte crítica de la persona y práctica y se entra con más años que aquí y creo que se precisa cierta madurez para abordar bien esta carrera, y en todas las demás lo que tú dices de no tener tanta carga lectiva creo que es muy importante para la persona. Mi madre es psicóloga y estuvo trabajando en Canadá un tiempo en un proyecto que iniciaron en Harvard para cambiar la forma de enseñanza hasta desde primaria, e insistían en que no se podían dar tantos deberes a los niños, la extensión a la universidad de eso es muestra de esas deficiencias. Creo que ya lo hablamos alguna vez como no tiene uno tiempo ni para escribir, con lo importante que es eso para nosotras.
ResponderEliminarMe alegra saber que te van saliendo cosas y ese proyecto de quedarte en Friburgo. Me gusta mucho la luz de la fotografía primera que has puesto. Tus fotos siempre tienen una luz especial. Espero que disfrutes de este tiempo vacacional y muchos ánimos para lo que te queda del máster, un abrazo, Laura.
Estoy totalmente de acuerdo contigo, María. El sistema español muestra muchas carencias en este sentido, porque parece que no se potencia en absoluto la evaluación crítica del individuo. A mí las clases en Alemania me recordaban precisamente a la imagen de la universidad que suele transmitirse en las películas estadounidenses, donde hay lugar para el debate y el intercambio de ideas.
EliminarEspero que todo vaya muy bien y que estos meses invernales se hayan presentado llevaderos.
Un abrazo muy fuerte,
Laura
¡Qué entrada tan interesante! Yo estoy interesado en mudarme a Alemania en cuanto termine mis estudios. En un principio, quiero estudiar alemán. ¿Sabes si puedo vivir en una residencia de estudiantes allí aunque no sea estudiante en la universidad? ¿Cuál es tu experiencia en cuanto al alojamiento en Alemania? ¿Hay posibilidad de conseguir pisos o una habitación en residencia para hacer unas prácticas allí? Vaya, muchas preguntas. Pero agradecería que escribieras sobre tu experiencia. No hay mucha información en Internet y sería de gran ayuda.
ResponderEliminarJavier
Hola, Javier:
EliminarPor desgracia las residencias tan solo están destinadas a aquellos estudiantes matriculados en universidades alemanas. Como este no es tu caso, te recomiendo que le eches un vistazo a los sitios web con anuncios de pisos compartidos; existen muchos, pero el más conocido es este: https://www.wg-gesucht.de/
La cuestión del alojamiento puede volverse toda una odisea en algunas ciudades, por lo que te recomiendo que lo mires con la mayor antelación posible. En la mayoría de ciudades grandes (e incluso en las pequeñas universitarias) suele haber bastante problemas para encontrar vivienda, ya que la demanda sobrepasa con creces la oferta, lo que provoca que los precios hayan subido como la espuma. Excepciones a esta regla las encontrarás en lugares como Leipzig y muchas otras ciudades del "este". Conozco bastante gente a la que le ha tocado venirse aquí para tener más posibilidades d encontrar algo, porque a veces los compañeros de piso quieren conocerte en persona. Aun así, puede que tengas suerte y baste con una entrevista de Skype (como fue mi caso en Fráncfort y Leipzig).
Espero haber respondido a tus preguntas. Si tuvieses cualquier otra duda, no dudes en hacérmelo saber. Te deseo mucha suerte con la búsqueda de piso.
¡Gracias por pasarte!
Saludos,
Laura
¡Hola, Laura!
ResponderEliminarMe alegra saber que todo te va bien por Alemania. La verdad es que las actividades que ofrecen las universidades alemanas son envidiables y que puedas compaginarlo todo es más envidiable todavía. Este año, con el máster, tengo mayor libertad, pero recuerdo que con el grado no me resultaba nada fácil organizarme para poder hacer actividades extraescolares.
Reconozco que estar tantos años de un sitio para otro tiene cosas positivas, aunque tiene que haber sido difícil también. Por eso, me alegro mucho de que hayas decidido establecerte en Friburgo cuando termines el máster. ¡Mucha suerte para los próximos exámenes! Espero que todo esfuerzo se vea luego recompensado.
Un abrazo,
Chelo
¡Hola, Chelo!
EliminarQué bien que el máster te esté dando un respiro y que hayas podido sacar tiempo para disfrutar de otras cosas. Creo que es fundamental saber encontrar un equilibrio, algo nada fácil con los estudios de grado.
Sí, la verdad es que este ir y venir continuo ha conllevado algún que otro sacrificio, pero creo que ha acabado mereciendo la pena.
Mucha suerte a ti también con el máster y mucho éxito con todo lo que te propongas :)
Un abrazo,
Laura