martes, 22 de enero de 2019

Lecturas de comienzo de año




El invierno alemán te obliga a leer, porque se está mejor en casa con el libro en la mano que deambulando por las calles heladas. Estas han sido mis primeras lecturas este año:


1. Das Ende von Eddy

Esta novela autobiográfica relata cómo la infancia y la adolescencia de Eddy estuvieron marcadas por la violencia y el acoso. La trama tiene lugar en un pequeño pueblo de Picardía bastante provinciano, al norte de Francia, donde Eddy vive con su familia. Debido a su carácter amanerado, el protagonista es blanco de insultos y toda clase de vejaciones, descritas con pelos y señales, sin escatimar en detalles incómodos. La novela no sigue un orden cronológico, sino que los capítulos parecen estar dispuestos de manera arbitraria, por lo que conocer mejor a Eddy es un ir y venir en el tiempo, un diario cuyas páginas parecen haber sido desordenadas.

2. Ordinary people

Esta novela relata la historia de dos parejas al borde de la crisis por tratar de compaginar las obligaciones familiares con su relación amorosa. A grandes rasgos, podría decirse que se aborda el conflicto que nace de entregarse a los demás sin abandonarse a uno mismo. La autora logra despertar nuestra empatía por todos y cada uno de los personajes narrando desde distintos ángulos en tercera persona, haciéndonos comprender que no hay claros culpables. Los cuatro protagonistas acaban siendo víctimas de la rutina, de tragedias inesperadas y de deseos frustrados.
En cierto sentido me ha recordado a Zadie Smith, ya que ambas otorgan importancia al componente multicultural londinense y casi todas las escenas están impregnadas de cierto tono humorístico aun así, me atrevería a decir que el humor de Evans es más sutil.
El personaje que más me ha interesado es Melissa, una mujer de carácter fuerte que se ha dejado arrastrar por su deber como madre, relegando a un segundo plano sus aspiraciones profesionales. Considero un gran dilema el hecho de dejarse engullir por algún ámbito de nuestras vida, lo cual también es aplicable al ejemplo contrario: centrarnos demasiado en el trabajo y descuidar tareas que disfrutamos hacer en las escasas horas de tiempo libre. Evans describe magistralmente la difícil conciliación de ambos mundos y nos obliga a plantearnos si existe en realidad una solución idónea.

3. Ordesa

Caracterizado por una sinceridad abrumadora y una prosa que en ocasiones se asemeja al verso, la novela está estructurada en capítulos cortos donde se suceden saltos en el tiempo sin orden aparente. Entre reflexiones sobre temas más terrenales y otros más metafísicos –España, la muerte, el trabajo, el olvido-, nos vamos encontrando con ventanas a la infancia del lector, quien nos confiesa por ejemplo cómo su padre solía aparcar el coche en la sombra. El autor parece arrojar las frases sin filtro alguno, rompiendo con tabúes sociales y problemas estigmatizados, como el alcoholismo o la pobreza. El diálogo interior está impregnado de un claro tono nostálgico y algo pesimista, así que no es el libro más indicado para alegrarnos la tarde. Aun así, la franqueza y crudeza de las observaciones en ocasiones un tanto lapidarias me permitió entregarme de lleno a la lectura de esta novela, que adquiere la importancia de una confesión a puerta cerrada.



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