En verano los días parecen estar hechos de una
pasta extraña. Algunos se expanden hasta el infinito y acabas teniendo la
sensación de que han pasado semanas desde que te tomaste la tostada del
desayuno, mientras que otros se esfuman en un abrir y cerrar de ojos y acabas
lamentando que el día no tenga más horas. En mi caso, esta cambiante percepción
se vuelve todavía más variable, ya que la madre de mi familia tiene jornada
parcial, por lo que hay días entresemana en los que “no tengo que mover un solo
dedo”.
A pesar de que a Friburgo se la conoce como la
ciudad más cálida y mediterránea de Alemania, hace un calor poco usual incluso
para esta época de año. Así, las tardes de julio podrían resumirse en consumir
cantidades industriales de helado a la sombra. A este ritmo me voy a convertir
en una auténtica sumiller del
producto estrella del verano. Ayer mismo fui primero a la concurrida heladería
que está al lado del teatro principal (Portofino) y, de vuelta a casa, me pasé
de nuevo por otra que goza de mucha fama (Mariotti). Para más inri, me pedí
otra bola de justo el mismo sabor (avellana), para así poder comparar ambas.
Veredicto: la primera es más barata y dan más cantidad, pero el sabor de la
segunda es mejor.
Quitando este fascinante estudio contrastivo
sobre la calidad de los helados en Friburgo, no ha ocurrido demasiado que valga
la pena destacar. La relación con la familia sigue siendo muy buena y cada vez
hay más confianza. En el caso de los niños, esta confianza a veces puede llegar
a dar asco, como bien suele decirse, pues la aprovechan para intentar subirse
al hombro a la mínima que pueden. Al pequeño le vienen rabietas temporales, ya
sea al jugar una partida al Mensch,
ärgere dich nicht (el parchís de toda la vida, vaya), o al ir en bicicleta
de vuelta a casa. Por suerte o por desgracia, hace poco que va solo en bici.
Esto quiere decir que no me toca llevarlo con el remolque, pero que tengo que
tener siempre los ojos puestos en él cuando vamos por la calle. Sobre todo
porque al niño se le ha metido en la cabeza que es el dueño de la carretera,
así que le da por ir justo por el medio del camino siempre que puede. Lo mejor
es que al regañarle y decirle que vaya por el lado que toca, su excusa es que
no sabe a qué lado me refería, porque no diferencia entre izquierda y derecha,
y que por eso va por en medio, para no equivocarse de lado (manda narices).
Ayer me fui con ambos niños a comprar al mercado
de la plaza en Merzhausen. Al pequeño se le ocurrió llevar una guitarra de
juguete para deleitar a los compradores con un concierto en vivo y en directo. Mientras
yo esperaba en la cola, él se puso a tocar un par de acordes aleatorios. Mucha
destreza no tenía, pero entusiasmo no le faltaba. Cuando dio por finalizada su
actuación, se dedicó a ir de anciana en anciana preguntando una por una si le
daban dinero (no, si tonto no es. Tiene muy claro quiénes son las víctimas
fáciles). Ni sombrerito, ni nada; su acción se acercaba más a un asalto a mano
armada, solo que en vez de pistola su arma infalible eran unos grandes ojos
azules y rostro de no haber roto un plato en su vida. Fue un momento de los de “tierra,
trágame”. Más de una anciana fue a casa a por el monedero y yo ya no sabía por dónde
meterme. La próxima vez, me da que la guitarra se va a quedar en casa.
Llevo varios días buscando piso en Leipzig,
pero las ofertas brillan por su ausencia. Aún es demasiado pronto y la mayoría
de anuncios son para agosto o incluso julio, así que tocará esperar algo más.
Ayer envié un mensaje a una habitación en un piso compartido que estaba muy
bien de precio y en una zona perfecta, pero quizás ni siquiera me respondan.
Muchos alemanes son reacios a aceptarte si no puedes ir a hacer una entrevista
y a conocer el resto de compañeros de piso personalmente. Una vez reciba el Zulassungsbescheid de la universidad,
intentaré solicitar una plaza en las residencias del Studentenwerk, a ver si hay más suerte. Sé que aún queda tiempo y
que es inútil estresarse, pero mi vena controladora me obliga a ir mirando ya
opciones.
Ohhhhhhhh qué fotos tan bonitas!! :D Yo me propuse ir a sacar fotos más originales y trabajadas, pero aún no lo he hecho, simplemente saco lo que voy viendo por el camino :P.
ResponderEliminarTomo nota de las heladerías, creo que pasaré mucho tiempo ahí jajaja.
Lo de la guitarra me ha matado!!!!!!!! Jajajajajja anda que salen espabilados los críos de hoy en día! Es alucinante lo que se les ocurre a veces, yo a su edad no hacía esas cosas xDDDDD.
Mucha suerte con la búsqueda de piso, seguro que pronto ponen más ofertas de estudiantes que se van, o tal vez puedas hacerte con una habitación del Studentenwerk :).
Un beso muy fuerte!
Acabo de dar con tu blog! Me encantan las fotos y como escribes, así que me pasaré por aquí más a menudo. Un saludo! :)
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