domingo, 12 de julio de 2015

Parsimonia veraniega






En verano los días parecen estar hechos de una pasta extraña. Algunos se expanden hasta el infinito y acabas teniendo la sensación de que han pasado semanas desde que te tomaste la tostada del desayuno, mientras que otros se esfuman en un abrir y cerrar de ojos y acabas lamentando que el día no tenga más horas. En mi caso, esta cambiante percepción se vuelve todavía más variable, ya que la madre de mi familia tiene jornada parcial, por lo que hay días entresemana en los que “no tengo que mover un solo dedo”.

A pesar de que a Friburgo se la conoce como la ciudad más cálida y mediterránea de Alemania, hace un calor poco usual incluso para esta época de año. Así, las tardes de julio podrían resumirse en consumir cantidades industriales de helado a la sombra. A este ritmo me voy a convertir en una auténtica sumiller del producto estrella del verano. Ayer mismo fui primero a la concurrida heladería que está al lado del teatro principal (Portofino) y, de vuelta a casa, me pasé de nuevo por otra que goza de mucha fama (Mariotti). Para más inri, me pedí otra bola de justo el mismo sabor (avellana), para así poder comparar ambas. Veredicto: la primera es más barata y dan más cantidad, pero el sabor de la segunda es mejor.

Quitando este fascinante estudio contrastivo sobre la calidad de los helados en Friburgo, no ha ocurrido demasiado que valga la pena destacar. La relación con la familia sigue siendo muy buena y cada vez hay más confianza. En el caso de los niños, esta confianza a veces puede llegar a dar asco, como bien suele decirse, pues la aprovechan para intentar subirse al hombro a la mínima que pueden. Al pequeño le vienen rabietas temporales, ya sea al jugar una partida al Mensch, ärgere dich nicht (el parchís de toda la vida, vaya), o al ir en bicicleta de vuelta a casa. Por suerte o por desgracia, hace poco que va solo en bici. Esto quiere decir que no me toca llevarlo con el remolque, pero que tengo que tener siempre los ojos puestos en él cuando vamos por la calle. Sobre todo porque al niño se le ha metido en la cabeza que es el dueño de la carretera, así que le da por ir justo por el medio del camino siempre que puede. Lo mejor es que al regañarle y decirle que vaya por el lado que toca, su excusa es que no sabe a qué lado me refería, porque no diferencia entre izquierda y derecha, y que por eso va por en medio, para no equivocarse de lado (manda narices).  

Ayer me fui con ambos niños a comprar al mercado de la plaza en Merzhausen. Al pequeño se le ocurrió llevar una guitarra de juguete para deleitar a los compradores con un concierto en vivo y en directo. Mientras yo esperaba en la cola, él se puso a tocar un par de acordes aleatorios. Mucha destreza no tenía, pero entusiasmo no le faltaba. Cuando dio por finalizada su actuación, se dedicó a ir de anciana en anciana preguntando una por una si le daban dinero (no, si tonto no es. Tiene muy claro quiénes son las víctimas fáciles). Ni sombrerito, ni nada; su acción se acercaba más a un asalto a mano armada, solo que en vez de pistola su arma infalible eran unos grandes ojos azules y rostro de no haber roto un plato en su vida. Fue un momento de los de “tierra, trágame”. Más de una anciana fue a casa a por el monedero y yo ya no sabía por dónde meterme. La próxima vez, me da que la guitarra se va a quedar en casa.

Llevo varios días buscando piso en Leipzig, pero las ofertas brillan por su ausencia. Aún es demasiado pronto y la mayoría de anuncios son para agosto o incluso julio, así que tocará esperar algo más. Ayer envié un mensaje a una habitación en un piso compartido que estaba muy bien de precio y en una zona perfecta, pero quizás ni siquiera me respondan. Muchos alemanes son reacios a aceptarte si no puedes ir a hacer una entrevista y a conocer el resto de compañeros de piso personalmente. Una vez reciba el Zulassungsbescheid de la universidad, intentaré solicitar una plaza en las residencias del Studentenwerk, a ver si hay más suerte. Sé que aún queda tiempo y que es inútil estresarse, pero mi vena controladora me obliga a ir mirando ya opciones.

2 comentarios

  1. Ohhhhhhhh qué fotos tan bonitas!! :D Yo me propuse ir a sacar fotos más originales y trabajadas, pero aún no lo he hecho, simplemente saco lo que voy viendo por el camino :P.

    Tomo nota de las heladerías, creo que pasaré mucho tiempo ahí jajaja.

    Lo de la guitarra me ha matado!!!!!!!! Jajajajajja anda que salen espabilados los críos de hoy en día! Es alucinante lo que se les ocurre a veces, yo a su edad no hacía esas cosas xDDDDD.

    Mucha suerte con la búsqueda de piso, seguro que pronto ponen más ofertas de estudiantes que se van, o tal vez puedas hacerte con una habitación del Studentenwerk :).

    Un beso muy fuerte!

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  2. Acabo de dar con tu blog! Me encantan las fotos y como escribes, así que me pasaré por aquí más a menudo. Un saludo! :)

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